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“Quisiera tener otro par de brazos”




A partir del texto que compartí cuando les conté sobre mi embarazo, recibí muchos mensajes de lectoras que compartían estos sentimientos de culpa o incertidumbre que les generaba la llegada del hermanito.
Buscando textos sobre el tema llegué a uno hermoso de Lucía, mamá de Ornella de 3 meses y Alfonsina de 4. Me sentí identificada con cada palabra. Ella escribió el texto “la segunda” para el blog de Ponchi Ponchi Comiditas, que les súper recomiendo chusmear ya que tiene artículos muy hermosos y sinceros sobre la maternidad.
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Comparto el texto:
Quisiera tener otro par de brazos.
Una tarde cualquiera de otoño mi mamá me hacía compañía en casa. Tomábamos café en la mesa de la cocina, mi hija tenía fiebre y dormía en el sillón. ¿Por qué no te hacés un evatest? dijo, y yo no contesté. Ni bien se fue a trabajar alcé a mi hija y nos fuimos juntas a Farmacity. Compré un evatest y un paquete de pañales. Dos rayas violetas en el visor. Mi hija iba a tener una hermana.
¿Cómo podría querer a Hermana tanto como a Hija? Hija me llena, hija me completa. ¿Cómo hacer espacio para Hermana en nuestra vida? Hija compartirá su cuarto, hija tendrá celos, hija sufrirá (un poquito) y yo con ella.
39.3 semanas. Sábado de carnaval. El corso anuncia su retirada. Bailamos con Hija en la terraza. Rompo bolsa, nos tenemos que despedir. Mi mamá viene a buscarla, se la lleva ya dormida. Las contracciones ganan ritmo, Hermana está por llegar. Seremos otras a nuestro reencuentro.
10:25 am – eclipse solar: Hermana es ahora Hija menor. Hociqueo su olor a cebo, la beso, la abrazo. ¨Hola hija¨ Sonrío grande y profundo. Es igual a Hija mayor, es hermosa. Toma la teta, vuelvo a sentir ese placentero tironeo en el pezón. Estamos bien, estamos juntas. ¿Qué dirá Hija mayor cuando la vea?
12:30 Llega Hija mayor. Quisiera tener otro par de brazos. Hija menor toma teta. Hija mayor se acerca tímida a la cama. Quiero que sepa que la quiero y que nada de esto le duela. Pero no se trata de lo que yo quiero, sino de lo que es. No tengo otro par de brazos e Hija menor está tomando teta. Miro a Hija mayor a los ojos, le cuento que ahora tiene una Hermana. Ella prefiere irse a upa de Abu y yo me atraganto de angustia. Hija menor se duerme, suavemente pasa a los brazos de su papá. Me levanto con la fuerza que no tengo y alzo a Hija mayor. Nos abrazamos, sonrío profundo otra vez.
Estamos en casa, somos cuatro. Nos multiplicamos. Nada se repite, cada experiencia es única. No vuelvo a hacer las mismas cosas que hice hace dos años. El llamado es a ser madre de Hija menor, conocerla. La casa también es distinta.
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Hija mayor espera. Prometo varias veces al día que: ¨Cuando termine de darle la teta…” Cumplo. Pospongo pero nunca dejo de hacer lo prometido. Las demandas de Hija menor son urgentes, impostergables. Acudo inmediatamente a su llanto. Extraño enormemente a Hija mayor, aún en los momentos en que estamos juntas. Siento culpa por haberle robado la exclusividad de nuestro tiempo. Cada rato que compartimos a solas vale oro y se luce en lo estrechos que son nuestros abrazos.
Hija menor hereda moisés, ropitas y juguetes de su hermana. Hija mayor señala que: ¨Esto es mío, mío y mío.” La veo sacarse la ropa, me muestra unas calzas talle 6M, se las pone; resulta el look de Mickey Rourke en “El Luchador”. Nos reímos todas.
Entre las 19 y 23 hrs. soy la Mujer-Pulpo. Cocino, doy la teta, pongo la mesa, ordeno juguetes tirados, hago upa, levanto la mesa, lavo platos, doy la teta, barro, ordeno juguetes tirados, preparo la mochila y vianda para mañana, hago upa, preparo té, intento mantener una conversación adulta, lleno la bañadera, separo los pijamas, hago upa, lavo dientes pequeños, baño a Hija mayor, me baño entre peces y mariposas acuáticas, pongo pañal XG, vacío la bañadera, lleno la bañadera, hago upa, canto una canción, le doy cuerda a la cajita de música, baño a Hija menor, doy la teta, pongo pañal RN, leo un cuento, doy la teta, canto una canción doy la teta, pido ayuda, doy la teta, hago upa y me voy a dormir.
Somos una familia, no sé por qué pero esto de ser cuatro nos cambió los títulos. Fuimos pareja, pareja con bebé y pareja con nena chiquita. Por algún motivo ya no combina más decir pareja con bebé y nena chiquita. B mantiene su auto, nos lleva a todas en una coupé azul.
¿Qué les pareció el texto? ¿Cómo vivieron la llegada del hermanito las que ya tienen dos hijos? ¿Alguna más esperando el segundo?
Yo me sentí muy identificada con la primera parte cuando habla de cómo la completa su primera hija y esa pregunta que, supongo, nos hacemos varias, de si podremos querer a el segundo tanto como al primero y cómo hacerle lugar a ambos. El párrafo de Mamá-Pulpo también me pareció brillante.
Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo.
¡Buen fin de semana!
Debbie

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