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Ayer fue demasiado. DEMASIADO. Mi marido se fue el domingo a la noche y desde entonces todo se complicó hasta límites ridículo-inimaginables.
Pero ayer también descubrí algo nuevo, que en el extremo del desgaste y del agotamiento, ahí, en ese lugar, después de mucho escuchar a un bebé llorando (lo que se dice llorar) y a una nena de 2 gritando -entre tirana y dramática- "¡agua!", "¡cacá!", "¡acá!", "¡allá!", "¡mamá!, "¡lalá!", "¡nooo!", "¡má!", "¡mááá!", "¡acá, acá, acá!"; ahí, en el extremo del cansancio, después de haber esperado casi 2 horas unas empanadas, de tener tu casa dada vuelta, el baño que pierde agua, la chica cuyo nene se había enfermado y no viene, los taxistas que veían el cochecito y no te paraban; en el extremo de todos esos sentimientos (y circunstancia), si podés no engancharte con ellos y mirarlos de afuera, como una película ajena, como una comedia yankee, por ejemplo, ésas de enredos inverosímiles (aunque reales); si podés no identificarte con el DESBORDE emocional de tus nenas, si lográs recordar que "ahora vos sos la madre" y no podés dar el lujo de desbordarte; si recordás además que la vida es tan ridícula en sus premisas como en todo lo que te suceda, si llegás, en fin, a ese estado previo a enloquecer (y lográs detenerte esta vez), mágicamente EMPEZÁS A SENTIRTE MUY BIEN.
Hay algo muy agradable en mantenerte en calma pese al caos que revienta los parlantes. Hay algo casi alquímico que empieza a suceder, los caminos no son lineales. El universo es por donde se lo mire generoso y abundante, pero también pide, pide, pide. No sé, siento que no necesariamente hay una relación directa entre lo que uno da y uno recibe. El otro día le decía a mi marido: "quizás para que la abundancia se me termine de activar en un plano vocacional (y pueda vivir de mi arte), el universo me está exigiendo como madre". Hace rato que le pido un reconocimiento concreto en ese aspecto (no dinero, sino más oportunidades para seguir creciendo). Cierto, así de raros son mis razonamientos.
Pero en fin, hoy quisiera hablar de eso, del RECONOCIMIENTO. De ese trofeo por el que hacemos (más, o menos). ¿Qué les gustaría que se (les) reconozca mejor y en qué términos? ¿Cuán importantes son para Uds. los premios? ¿Cuándo un reconocimiento es auténtico? ¿Cuán importante es el reconocimiento de nuestros padres? ¿Cuánto reconocemos nosotros al resto? ¿Qué hacemos cuando vemos algo "bueno"?

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