
El estado de Bahía, en Brasil, tiene muchos encantos: su música, sus sabores, su cultura, su gente, su clima, sus lugares maravillosos. Descubrir la playa Taipu de Fora no fue la excepción.
Aún no está muy difundida. De hecho yo desconocía de su existencia. Encontrarla fue una aventura y disfrutarla, una experiencia difícil de explicar, mezcla de aventura y asombro.
Con clima de verano todo el año, los días de sol y playa están garantizados.
El principal atractivo de este lugar es su increíble piscina natural. Inmensa y a sólo pasos de la orilla, lo que representa una gran ventaja ya que no hay que embarcarse como en otros destinos. La primera sensación es deliciosa, con sus aguas verdes y templadas, ideal para los friolentos. La siguiente es asombrosa, como nadar en una gran pecera entre peces pequeños y grandes, amarillos, azules, violetas, rojos, además de corales de todas las formas. Se puede alquilar chalecos salvavidas para flotar y no tocar los corales que, en esos casos, mueren irreparablemente.
Un recuerdo difícil de olvidar fue hacer snorkel de noche. Aquí aparecen otras especies que no se ven durante el día. Parecería que uno está visitando otro lugar, diferente. En la oscuridad absoluta y con linternas especiales se podían apreciar pulpos, caballitos de mar, moebas y otras formas vivientes que nunca había visto.
También están los saguis, pequeños monos que adoran comer bananas de la mano humana y se los escucha llegar en grupos de 20 o 30 a través de su silbido característico.
Los sabores se sienten diferentes. El plato típico bahiano es la moqueca de pescado, camarones o mixta. Esta delicia y otras se pueden comer tanto en la playa como en los restaurantes de la zona.
El lugar ofrece varios paseos. La excursión imperdible es una salida en escuna (especie de barco) por las islas de aguas tranquilas y transparentes. Lo ideal es reservar un día completo; los paseos empiezan temprano y permiten recorrer cinco islas. Almorcé en una de ellas; allí degusté cangrejos y langostas criados en el lugar.
Hay que tener en cuenta que este paraíso no tiene bancos ni cajeros electrónicos, y pocos establecimientos aceptan tarjetas de crédito. Los aeropuertos más próximos son el de Salvador de Bahía y de Ilheus. Se puede aprovechar para visitar las famosas playas de Morro de Sao Paulo, que quedan cerca.
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