PUNTA DEL ESTE.- Quienes estuvieron en la península en enero y febrero pueden atestiguar que no hubo en toda la temporada más de tres o cuatro días seguidos de sol. Y saben también que en marzo los cielos casi siempre son azules, el agua cálida -y sin aguas vivas al acecho- y el clima muy suave. La Semana del Turismo que se viene es tal vez la oportunidad para tomarse revancha de tanto mal tiempo, pero no sólo para disfrutar de la playa, sino para subirse al auto y almorzar en los mejores restaurantes tierra adentro del Este, desde el refugio del cocinero Francis Mallmann en un pueblo congelado en el tiempo hasta una misteriosa chacra gourmet camino a San Carlos.
El minitour gastronómico que proponemos para Semana Santa en Punta empieza en Pueblo Garzón, al que se llega en auto por la ruta 9 (se puede tomar a la altura de Manantiales), doblando a la izquierda en el kilómetro 175 y andando un buen rato por un camino de polvo dibujado en una llanura verde. Con calles de tierra, una plaza y una sola proveeduría llamada Jonathan, este poblado -John Wayne hubiese podido filmar ahí una de vaqueros- fue hace casi un siglo una ciudad pujante y productiva, gracias a su molino y sus canteras de granito, las más grandes de Uruguay.
En ese entorno, donde al sol del mediodía sólo transpiran dos o tres almas errantes y algunos perros vagabundos, como personajes de un decorado de otra época, aparece el hotel Garzón, emprendimiento del cocinero Francis Mallmann. Se trata de un viejo caserón reciclado que alguna vez funcionó como proveeduría de ramos generales, donde hay cinco habitaciones y un restaurante.
La noche cuesta 460 dólares e incluye el privilegio de todas las comidas y un open bar para entonarse al borde de la pileta cuando llega el atardecer, mientras de fondo frasea el piano de El Duque Duke Ellington. "Todavía queda lugar para Semana Santa", cuenta una de las mozas mientras sirve una milanesa a la napolitana de 50 dólares, que vendría a ser la milanesa más cara de la historia reciente y, quizá, también la más sofisticada, porque las semillas de los tomates que la acompañan vienen de Francia y las especias se cultivan en el jardín del fondo. Algo así como la globalización hecha milanesa.
Aunque está perdido en medio del campo, este hotel tuvo ocupación completa durante enero y mitad de febrero, en gran parte gracias al boca en boca que genera la fama de Mallmann, que hasta el año último era dueño del restaurante Los Negros, en José Ignacio.
Rumbo a Lo de Miguel
El camino a San Carlos es, como recita Jorge Drexler en su canción Camino a la Paloma , un "recuerdo de campo y mar". Sólo hay que alejarse unos 10 minutos de La Barra y tomar desde ahí la ruta a San Carlos para ver cómo estalla frente a uno la maravilla del paisaje charrúa, donde siempre se intuye el océano en el horizonte, aunque no esté a la vista.
En ese campo abierto se encuentra el restaurante Lo de Miguel, atendido por el propio Miguel, un hombre de cuerpo grande y hablar bajito, que sirve unos platos deliciosos en una chacra con mística propia, donde suele almorzar la modelo Valeria Mazza junto a su marido y un dream team de hijitos rubicundos. Es un gran programa ir a ver caer la tarde, porque en los árboles y la campiña se proyectan los colores más aterciopelados de la paleta, mientras el dueño saca pizzas de un horno de barro.
También hay que citar la Posada Paradiso, en José Ignacio, atendida por Irene Abadi y Gonzalo Ocío. Se trata más de una posada que de un lugar para comer, aunque todos los días Gonzalo hace una paella para los inquilinos y para el que caiga a una hora razonable del mediodía o la noche. Se parece mucho a un hotel de artistas y las habitaciones no tienen tele, radio ni teléfono.
"Para esta Semana Santa el precio de los cuartos ronda los 150 dólares la noche, con desayuno e impuestos incluidos, y hay descuentos del 20% si uno pasa los cuatro días", dice Abadi, que además de haber fundado la posada en 1989 escribe haikus muy lindos y es la segunda mejor jugadora de Scrabble de Uruguay. Por cierto, la paella de Gonzalo es probablemente una de las mejores desde Fray Bentos hasta el Chuy.
Datos útiles
Alojamiento
- Posada Paradiso
( www.posadaparadiso.com )
Picaflores esquina Biguás, casi en la entrada de José Ignacio, (00) (598) (486) 2112
La habitación doble cuesta unos US$ 150 la noche. Hay descuentos del 20%
- Hotel & Restaurant Garzón
( www.restaurantgarzon.com )
Ruta 9 hasta kilómetro 175 y luego doblar a la izquierda 11 km hasta Pueblo Garzón
(00) (598) (410) 2811
El precio de la habitación doble, por noche, es de US$ 460
- Restaurante Lo de Miguel
Tomar el camino a San Carlos desde La Barra (10 minutos) hasta la Finca y Granja Narbona, donde funciona el restaurante
(00) (598) (410) 2999
Por José Totah
Para LA NACION
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