Cada tanto en la oficina donde trabajo el espacio físico colapsa. No sé cómo explicarlo pero hay un momento (cada un mes o dos) en el que muchas personas que no suelen ir seguido van y no quedan ni escritorios ni computadoras para casi nadie. Por suerte, mi jefe me da la opción de quedarme en mi casa y trabajar desde ahí. Cuando vivía con mi familia esto era medio engorroso. Eran días enteros sin poder concentrarme por los ruidos de la aspiradora y de mis hermanas viendo la tele en el living, entre otras cosas.
El lunes y el martes fueron los primeros días –en esta nueva etapa- que me quedé a trabajar en mi casa y es increíble lo distinto que es todo. Para empezar, no tengo interrupciones de ningún tipo ni ruidos que me desconcentren. También me di cuenta que si bien nadie me impide seguir trabajando hay pausas que tengo que hacer que antes no contemplaba, como parar para cocinar, comer y lavar los platos.
Otra cosa que no tenía en cuenta es que si no me avivo puedo pasar un día o dos sin salir a la calle y sin ver a nadie. Cuando vivía con mi familia no estaba sola, siempre almorzaba con alguno y los veía a todos en la cena. Conclusión: cada tanto hay que salir a dar una vuelta manzana, a comprar comida o lo que sea para despejarse un poco. También tengo que empezar a acostumbrarme a sacarme el pijama y ponerme ropa, aunque sea para trabajar desde mi living, porque no da estar en pantuflas dos días seguidos.
¿Ustedes trabajan desde sus casas? ¿cómo hacen para dividirse el tiempo entre la cocina, limpieza y demás, y el trabajo? Además, si el lugar donde vivo es mi espacio de trabajo, ¿cuándo terminan las obligaciones y empieza el descanso? Los límites se hacen difusos y está bueno poder organizarse. De todas formas la pasé bien estos días, sentí que me asenté un poco más en mi lugar.
En algún comentario del post anterior leí algo que me pareció interesante: vivir sola también es hacer las cosas a mis tiempos y cuando se me canta. Limpiar un sábado a la noche, ir al cine un lunes, cenar a las 12 de la noche y desayunar en el colectivo, por ejemplo. Con esa idea el lunes a la noche salí al cine. Fuimos con Pato (mi novio) a ver Moonrise Kingdom , la nueva de Wes Anderson, el director de Los excéntricos Tenenbaum. Es la película más linda que vi en años, lejos. De a ratos es un poco infantil pero la historia es muy tierna. Acá abajo les dejo el trailer.
Tema mascotas: las que tengan ganas y todavía no pudieron acuérdense de mandarme a mi mail las fotos de sus perros y gatos (o lo que tengan) así el viernes las subo.