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Tras el velo de Petra

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Desde diciembre varios países árabes se han ido rebelando en serie: Túnez, Argelia, Libia, Sudán, Omán, Egipto, Yemen, Siria e Irán fueron algunos de los que contagiaron sus protestas -unas más resonantes, otras menos difundidas-. Los jordanos apenas se movilizaron aprovechando las revueltas de sus vecinos.
No falta turista que piense que Jordania no es un destino seguro para elegir: se equivoca de lleno -por supuesto que no se aconseja tomar rutas no señalizadas ni acercarse a las zonas militares o de frontera con Israel y Cisjordania-. Jordania, tanto en sus ciudades grandes como en los pueblos, es muy segura.
Quien ya visitó la Europa clásica y se propone incursionar en Medio Oriente inmediatamente leerá en los manuales de operadores turísticos Petra.
Si hacen 18 horas de avión (más el tiempo de escala en la ciudad europea que se elija) vale la pena tener en cuenta que la visita se puede amortizar bastante más.
Petra es una ciudad totalmente construida en piedra, es una maravilla arqueológica que recientemente fue incluida en la lista de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo. Ha servido de escenario para la mítica película de Spielberg Indiana Jones y la última cruzada, y está cerca de destinos muy sugerentes.
¿Qué más conocer en Jordania? Sin duda, mucho.
De Norte a Sur, el país ofrece una amplia gama de alternativas para apreciar las tierras que otrora fueron habitadas por los nabateos. Ammán, la capital, alberga una gran ciudadela, varias mezquitas, una magnífica acrópolis griega y un amplio teatro romano que nos hace súbitamente imaginar que estamos en plena Roma imperial.
A menos de una hora de Ammán por ruta es posible bañarse en el Mar Muerto, el mar sin vida, el que tiene ocho veces más sal que cualquier otro. Se trata de una experiencia sin igual, flotar sin riesgos de ahogarse ni de ser mordido por peces.
El monte Nebo, no muy lejos, ofrece una de las vistas más lindas de todo el país. El valle del Jordán y el mar Muerto se observan con suma nitidez. Hay varias fortalezas de cruzados en el trayecto Norte-Sur: Kerak es la más notable y mejor enclavada.
Los castillos del desierto de Harranah, Amra y Hazraq, con sus obras del período califal, están literalmente en medio del desierto de Jordania. Caminar por sus pabellones y pasadizos sin otro ruido que el del viento es impagable.
Lo fascinante de este reino -hay que recordar que es una monarquía constitucional con Abdalá II a la cabeza- es la total ausencia de infraestructura turística: no hay planos, folletería, Oficina de Turismo; tampoco carteles de colores, gigantografías? Parecería un viaje exprés en el tiempo. Es un interesantísimo plan visitar, a pocos kilómetros de Akaba, el desierto del Wadi Rum en 4 x 4, tomar té de menta en una jaima en medio de la inmensidad y ver cómo atardece?
¿Los precios? Jordania es un país barato. Los taxis son particularmente económicos y la comida muy accesible (aunque no muy variada). La hotelería, de costos normales. En suma, el interior de Jordania combina desierto, vientos, piedras de todos los colores, turbantes, mezquitas e intrigantes aromas orientales.

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