Trekking: por la buena senda

Lo cierto es que el trekking representa, por sobre todo, una excelente forma de vincularse con la naturaleza y de disfrutar del paisaje con todos los sentidos al tiempo que se hace ejercicio físico.

Se puede practicar con distintos niveles de dificultad, desde lo más básico, para principiantes, hasta recorridos por terrenos y distancias que exigen cierto grado de preparación, nociones de orientación, de cartografía, alimentación especial, manejo de equipos e incluso técnicas de montañismo. Es decir, saber un poco de todo y tener una buena preparación y estado físico. En esta línea, quizá lo más extremo sea el trekking sobre glaciares que se lleva a cabo, por ejemplo, en el Perito Moreno.

Los límites entre trekking y expedición pueden ser más bien difusos. Ambas actividades pueden incluir campamentos, distintos tipos de superficies y obstáculos. Tal vez la principal diferencia consista en que la expedición tiene como objetivo llegar a un lugar, alcanzar una meta, mientras que en el trekking caminar es un fin en sí mismo.

La Argentina es generosa en escenarios por donde caminar, explorar y sorprenderse. Pero, está claro, no cualquiera puede simplemente emprender una excursión sin experiencia previa, conocimiento del lugar ni la compañía de un guía idóneo.

Aunque no son imprescindibles, mucho menos para los trekkers con mayor kilometraje, varias agencias ofrecen programas muy convenientes para quienes quieran iniciarse en esta modalidad y conocer el país dentro de un grupo de aventureros con algunas inquietudes en común.

Existen salidas de diversas características, a la medida de los intereses y las posibilidades de tiempo, el esfuerzo físico y, claro, también presupuesto. En estas páginas, algunos ejemplos para al menos iniciar la búsqueda del plan ideal, una aventura en sí misma sin salir de casa...