Un año para viajeros siempre listos
27 de febrero de 2011
Para un turista que no tiene ninguna obligación salvo pasarla bien, cualquier día puede transformarse en domingo. Se levanta tarde, quizá se apura para no perderse el brunch (la buena idea de sumar el desayuno al almuerzo) y se entrega al dolce far niente , dulce placer de no hacer nada al que le pusieron letra los italianos, pero lo cultivan en cualquier idioma.
En cambio un viajero, que es el explorador que muchos turistas llevan dentro, se siente con el espíritu del lunes para comenzar una nueva dieta, salir de la rutina y conocer algo distinto aunque se agote de cansancio en el intento.
Estas son modalidades para visitantes. En cambio para los residentes, la gran tentación es repetir el título de una cadena norteamericana que dice ¡Gracias a Dios hoy es viernes!
En otro tiempo, la semana hábil sólo se detenía un solo día. Para los cristianos era el domingo; los judíos, el sábado, y los árabes, el viernes. Había un precursor de la pausa que se llamaba sábado inglés porque sólo se trabajaba hasta mediodía, y una versión más reciente que impuso el viernes casual porque se podía ir a la oficina de sport, sin corbata y con el propósito de terminar temprano para despedirse hasta el lunes.
La lista completa
Este panorama se acentuó este año para todos los gustos con el jubileo de los fines de semana largos que ya son siete, con tendencia a aumentar. Por eso, en los almanaques de 2011, además de los feriados que están señalados con rojo están con marrón los días que acompañan, lo que en España llaman puente.
En la Argentina la lista completa, que conviene agendar para prepararse con tiempo, incluye del 5 al 8 de marzo (el repuesto Carnaval); del 24 al 27 de marzo (Día de la Memoria); del 21 al 24 de abril (Semana Santa); del 18 al 20 de junio (Día de la Bandera); del 13 al 15 de agosto (aniversario de la muerte de San Martín); del 8 al 10 de octubre (Día del respeto a la diversidad cultural), y del 8 al 11 de diciembre (Día de la Virgen María).
Por su abundancia se merece un récord y lo pueden aprovechar los que tengan alma de turistas, de viajeros o que simplemente no quieran moverse de su casa.
Es cuestión de optimizar los recursos. Por comenzar el auto particular, que cada vez puede usarse menos en las ciudades, y resulta el mejor compañero de ruta para disfrutar de lo mucho y bueno que tenemos. O apelar al alquiler de un auto, lo que cada vez es más común y se puede tomar en un sitio y dejarlo en otro para aprovecharlo mejor.
Una alternativa todavía mejor sería tomar un avión o un tren, pero los problemas de servicio y la reducida cantidad de frecuencias y destinos la pone entre paréntesis.
En cambio es positiva la oferta cada vez más amplia y con mejores servicios de los ómnibus, aunque ya no son tan baratos como eran en la medida que uno prefiera la comodidad de los coches ejecutivos que tienen hasta cama y azafata.
El panorama es tentador en el país y aún más si nos decidimos a viajar al exterior, porque los tres o cuatro días se convierten en unas minivacaciones que se pueden extender un poco yéndose antes o volviendo después, porque los feriados son la única religión sin ateos. Con la abundancia de frecuencias, los países vecinos y aun lejanos están a sólo una noche de vuelo y también hay cruceros de media semana cada vez más populares.
Lo lindo es para compartir, imaginar nuevas escapadas para romper la rutina limitada al veraneo o las vacaciones de invierno. Ahora todo el año está a su disposición para tomar sol, esquiar, navegar, descubrir ciudades y todo lo que su tarjeta le permita aquí o donde le plazca.