Desde que me hice el nuevo DNI que viene en versión para votar y en versión para llevar en la cartera, tomé la firme decisión de guardarlo en un lugar seguro como para no tener que tocarlo (y perderlo como perdí el anterior) y sólo llevar el que es como la cédula. Bueno, la cosa es que lo guardé en un lugar tan pero tan seguro que no tengo la menor idea de dónde está y el viernes tengo la firma. Quiero creer que puedo usar el otro pero hasta que me devuelva el llamado el escribano no voy a saber. Juro que di vuelta la casa y nada. Ayer me pasé gran parte del feriado haciendo orden.
-Tenés que dar vuelta un vaso, tu abuela daba vuelto un vaso y siempre las cosas aparecían.
Cuando mi madre se desespera recurre al delirio y las supersticiones.
-La casa di vuelta mamá, LA CASA. ¿De qué me hablás?
Hay cosas para las que no tengo paciencia y últimamente estoy nerviosísima.
El martes a la noche tuve mi primera clase de cocina, ¿les conté?
Terminamos por organizarlas en lo de una amiga que tiene una cocina gigante y somos 6 (varones y mujeres, Pedro incluido). Dice que le pasa el trapo a Nino Dolce, que si de cocineros sexies se trata, las minitas se atajen. Dice que es el futuro Jaime Oliver latino. En fin. Hicimos un ceviche mixto increíble (aprendí a hacer el corte pluma en la cebolla morada), un salmón en papillotte y un volcán de chocolate de postre con trufa adentro y todo. Una cosa de locos. Como era de esperarse, terminamos degustando absolutamente todos los vinos disponibles además de comernos lo que cocinamos. La próxima tenemos que sacar fotos, quedaron de producción de El Gourmet.
Estaré por acá leyéndolos estos días pero como mañana es la firma voy a andar hecha una loca entrando y saliendo. ¡Deséenme suerte! Un beso a todos.