Uno de los viajes más maravillosos que hice con mi marido fue en 2003, cuando decidimos atravesar el Paso de Carirriñe en Neuquén, límite con Chile. Desde San Martín de los Andes emprendimos la travesía. Bordeamos parte del lago Lolog y llegamos a la Aduana argentina,
Es un paso en el cual sólo se puede pasar con camionetas, preferentemente de doble tracción. El camino ascendente es indescriptible. Cada vez se hacía más angosto y difícil, sorteábamos arroyos, puentes deteriorados por la fuerza del agua en la época de deshielo, piedras, raíces y maderas.
Llegamos al lago Curruhe Chico, bordeamos el lago Curruhue Grande, y la parte del lago Epulafquen, y luego pasamos por las termas de Lahuen Co.
Atravesamos varios parajes hasta llegar a Iquiñe, una población chilena, entre una vegetación asombrosa. Pasamos por las termas de Coñaripe, donde tomamos el asfalto y a 50 km llegamos a Villarrica.