PUNTA DEL ESTE.- Vale la pena hacer el viaje por las ondulantes colinas que suben y bajan desde Punta del Este hasta esta ciudad, que guarda mucho de otros tiempos. Son apenas 60 kilómetros, pero el recorrido ofrecerá al visitante un viaje en el tiempo, un pasaje hacia unos 50 años atrás, época en la que Piriápolis conoció su esplendor que se manifiesta con grandes construcciones.
No son pocos los que descubren el encanto que encierran las estructuras antiguas de los hoteles o la magnificencia del hotel casino que supo ser el centro de gravitación de la ciudad.
Una prueba de eso es que por estos días las playas de este balneario están cargadas, y según informaron los operadores turísticos locales, hubo días en los que casi no había disponibilidad en los hoteles. Y la afluencia no fue sólo de argentinos y uruguayos, sino también de europeos, brasileños y norteamericanos.
Entre los paseos que no hay que perderse si se visita esta ciudad esTÁ la subida al cerro San Antonio. Una aerosilla transporta al visitante hasta al punto más alto de la ciudad, desde donde se ofrece una panorámica imperdible: la subida ofrece una postal de los cerros verdes de Uruguay. En cambio, el regreso propone una vista del puerto con sus veleros blancos en contraste con el mar que, dependiendo del día, puede ser azul o turquesa.
El viaje sólo cuesta siete pesos argentinos y en la cima del cerro se puede recorrer una feria artesanal y almorzar en un restaurante que tiene una piscina sobre la ladera. Allí, los chivitos cuestan diez dólares y las bebidas tres dólares. Unos ravioles de salmón se ofrecen desde 16 dólares, y el café a tres.
Otros de los paseos dignos de recomendar son el Castillo Pittamiglio, al que se llega por la ruta 10, y el Castillo de Piria, al que se accede por la ruta 37.
Las reservas naturales y los criaderos también pueden ser parte del recorrido. Ahí están SOS Rescate de Fauna Marina, en la playa a la altura de la rotonda de punta Colorada; la reserva de fauna autóctona, y el criadero de yacarés. Se accede por ruta 9, ingresando 600 metros hacia el paraje Cerros Azules.
De una enviada especial