BARREAL.- Los hombres de al lado deben ser científicos no sólo por su mayoría de barbas, sino también por el lugar donde estamos: el comedor del Complejo Astronómico El Leoncito, un sitio atípico para conocer como turistas.
Pasar la noche en este espacio es una propuesta imperdible no sólo para adultos amantes de la astronomía y niños curiosos, por supuesto, sino también para los que buscan algo distinto.
En el sur de la provincia, el Observatorio está en el Parque Nacional El Leoncito. La propuesta con noche incluida empieza a las 17, cuando llegan los turistas, comienzan a alojarse y hacen el recorrido diurno, para conocer el telescopio principal, con cascos y abrigo (fundamental). Luego hay tiempo libre hasta la comida en un pequeño comedor compartido con el personal.
A eso de las 22 comienza la parte más impactante: la visualización nocturna, tras una breve caminata, utilizando un telescopio de 14 pulgadas de diámetro. Se ven estrellas, galaxias y nebulosas. Cuando hay luna llena, la visibilidad es mucho menor, pero el lugar luce igual de atractivo.
El complejo está abierto al público por un convenio con la Universidad de San Juan. Arturo Sánchez es guía de turismo, pero su experiencia y conocimiento de astronomía lo convierten en el docente ideal para los novatos.
La opción de alojamiento es por una única noche, en habitaciones pequeñas e hiperlimpias. Todo parece una base espacial. Después del desayuno hay que dejar el lugar y aprovechar para conocer la Pampa del Leoncito, una planicie seca y extraña de 15 kilómetros por 5 de ancho, con el suelo resquebrajado y ningún tipo de arbusto. Allí se puede practicar carrovelismo, con vientos de hasta 80 kilómetros por hora, sobre vehículos comandados por don Toro.
En el complejo astronómico también pueden realizarse visitas diurnas para conocer los telescopios, aunque la actividad principal del lugar es justamente de noche. Su función es brindar servicios a la comunidad científica del mundo, ya que los astrónomos pueden realizar aquí sus programas de observación.