La transformación, el histrionismo, la proyección y la reinvención son cuatro pilares claves en la carrera de una modelo. Ya lo comentamos en varios posts: no basta con la cara bonita ni el cuerpo perfecto. Entendí que la capacidad de adaptación a diferentes propuestas estéticas y su interpretación cierran el círculo de una carrera profesional, porque la modelo debe estar en la escena totalmente integrada, como una continuidad del outfit que lleva y de la locación en la que posa o se mueve.
Es interesante entender esto porque muchas veces la propuesta se escapa de nuestro gusto, por ejemplo. O es tan revolucionaria desde el estilismo que mucho no se entiende, pero sí gusta. En la alta moda uno vive el futuro en muchos sentidos: posa en climas contra temporada, viste ropa que aún no se produjo para el público, se maquilla como nunca antes se vio... Uno vuelve siempre al futuro.
Esta editorial que hice hace poco para Stella Magazine me despierta todo esto que les cuento. Es el ejemplo de vanguardia y de alta exigencia al momento de transmitir un concepto. Las fotos (miren qué bien el uso de las luces y las sombras) son de James Mountford y el estilismo estuvo a cargo de Charlie Harrington. Hay prendas de Stella McCartney, Celine, Preen, Dries Van Noten y Jil Sander. Me encantó haber trabajado días antes de esta producción con las mismas marcas pero con un estilo diferente. Tienen mucho de avanzada, pero con toques retro que es justamente lo que se usa este invierno: geometría y vintage, colores saturados y géneros con cuerpo y peso, elegancia y modernismo. Estas son las fotos:
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