Hay un goce reservado exclusivamente para aquellos que aprecian la fusión entre las pintorescas fachadas que dan acceso a los cafés calefaccionados, el look de los neoyorquinos, —siempre vestidos a la última moda— y las escaleras impecables de los edificios de arenisca oscura de Greenwich Village. Es que hay que ser un verdadero necio para desestimar el placer de caminar por las calles de Nueva York.

Bueno, en eso estaba yo, pateando las calles de los barrios de Greenwich Village (también denominado, West Village) y East Village con cámara de fotos colgada al cuello. Pensaba en cómo sería este lugar en los años ´50 y ´60, cuando residían allí artistas bohemios y emergía la generación Beat.

Es difícil imaginarse que todo eso ocurrió años atrás en el mismo barrio en el que hoy, el alquiler mensual de un estudio cuesta alrededor de 4000 dólares. ¿Cómo hace hoy un artista para pagar eso?

Esto se refleja no sólo en los caros alquileres, sino también en los platos gourmet que sirven en restaurantes chic, copados por turistas. Quizás, Manhattan no es la misma ciudad salvaje y espontánea que una vez supo ser.

Pero también es cierto que es la misma historia de siempre. Jóvenes, estudiantes y artistas se mudan a East Village, en busca de alquileres baratos. Luego, ese barrio se pone de moda y surgen restaurantes modernos y bares con onda. Suben los precios de alquiler, y esos jóvenes —quienes en un principio le pusieron valor al barrio— se ven obligados a mudarse más lejos. Ahora se repite exactamente el mismo rollo en Williamsburg, Brooklyn.

Pero con los ojos puestos en el presente, fotografié ambos barrios, que podrían ser rivales. West Village versus East Village. Mientras que East Village es oscuro, tiene un bar al lado del otro, casas de tatuaje y piercings, sótanos devenidos en bares y restaurantes étnicos, West Village es más prolijo y residencial.

Ustedes decidirán cuál les gusta más. Cómo verán, cada barrio de esta ciudad tiene bien demarcado su estilo.

¡Saludos y disfruten las fotos!