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 • Opinión

¿Alguna vez te sentiste avergonzada por tu vulva?

La ginecóloga Flor Salort (@flordegineco) nos habla de los diferentes tipos de vulvas que existen. ¿Alguna vez recibiste un comentario feo sobre tu vulva? ¿Cómo impactó eso en vos, en tu disfrute?


Tipos de vulvas: no hay una igual a la de otra persona.

Tipos de vulvas: no hay una igual a la de otra persona. - Créditos: Getty



Si tenés vulva… ¿la conoces? ¿La miraste alguna vez? ¿Qué pensás de ella? ¿Te limita a la hora de disfrutar con vos o con otra persona?

¿Alguna vez te pasó de recibir algún tipo de comentario hacia tu vulva? ¿Te acordás de parte de quién lo recibiste y de cómo te hizo sentir? ¿Notaste si, después de haber recibido ese comentario, tu actitud frente al goce cambió?

Pregunta en sentido contrario: ¿alguna vez comentaste sobre la vulva de alguien más? ¿Pensaste en cómo podía llegar a afectarle a la otra persona? ¿Volverías a hacer un comentario acerca del cuerpo del otro?

 

Desde hace 24 años que soy médica, ginecóloga y sexóloga. Tengo una larga trayectoria en el acompañamiento y escucha a mujeres en sus diversos procesos de cambio y etapas de la vida. Es increíble y lamentable la innumerable cantidad de veces que escuché historias de mujeres que se sintieron avergonzadas, juzgadas, violentadas, maltratadas tras recibir comentarios o menciones acerca del tamaño, grosor, forma, color o textura de sus vulvas. 

Hoy nos encontramos nuevamente en mi columna de OHLALÁ! para generar algo de consciencia sobre lo importante que es no hablar del cuerpo de otra persona. Sea la parte del cuerpo que sea. Desde su vulva hasta la nariz, el pelo, los ojos, las piernas, etc.

Me gustaría que, después de que lean lo que hoy tengo para decirles, piensen dos segundos antes de emitir cualquier tipo de comentario hacia un otro. 

Hoy voy a hablarles específicamente de las vulvas. Y para que hablemos el mismo idioma les cuento a qué nos referimos cuando hablamos de vulvas.

La vulva corresponde a un órgano genial externo. Comprende un grupo de estructuras anatómicas: monte de Venus, labios externos, labios internos, el vestíbulo de la vagina, el clítoris, su capuchón, la horquilla vaginal y el vestíbulo. 

Toda vulva es anatómicamente igual a la otra. Todas las vulvas tienen estas estructuras que acabo de enumerar. 
Así como toda vulva es anatómicamente igual, paradójicamente, el aspecto de cada componente individualmente hace que cada vulva sea única y diferente.

Existen tantos tipos de vulvas como personas con vulva en este mundo. Cada una es única, como nuestro rostro. Las hay asimétricas, con labios internos gruesos, con labios curvos o prominentes, con labios pequeños, finitos y abiertos o cerrados… existe una infinidad. 

 

La idea construida de que solo existe un único tipo de vulva que es el ‘’normal’’ (esa que es chiquita, flaquita, simétrica, rosita y depilada) y que nos lleva a creer que es la que todas deberíamos tener, hace que surja la necesidad que hoy estemos hablando de esto a calzón (o mejor dicho) a bombacha quitada.

La belleza hegemónica también afecta a la forma de adjetivar cada vulva. Esto es como si el mundo de vulvas estuviese dividido entre las vulvas normales y hegemónicas vs. el mundo de las vulvas que están por fuera de la hegemonía. 

Esa idea nos lleva a que todas las personas con vulva que no nos sentimos identificadas con esa vulva hegemónica socialmente construida creamos que la nuestra es fea, es diferente y que nos avergoncemos de ella. Y lo peor: creer que si tenemos otra vulva vamos a gozar menos.

Nos lleva a que creamos que hay algo mal en nosotras que debe ser corregido o normalizado, o que no debe ser mostrada ni gozada ante los demás ni con nosotras mismas.

Todo esto nos trae consecuencias en nuestro disfrute. Porque si me siento avergonzada de una parte de mi cuerpo, muy difícilmente voy a poder disfrutar en paz y sin restricciones de esa parte que me molesta. 

Nunca voy a poder relajarme porque mi cabeza, en lugar de estar pendiente de lo que siento en ese momento, estará puesta en que mi vulva, que es fea, gorda, que no está depilada, o lo que sea. Eso me llevará a desconectarme por completo del momento sexual conmigo o con otra persona.

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Pero, tranquilas, tranquilxs, que esto tiene solución. Y la solución viene de la mano de la educación. A través de ella, informándonos, hablando de estas cuestiones tan íntimas y que poco se hablan, es la única forma de poder empezar a pensar diferente de nosotras mismas y/o desestimar comentarios que no suman.

Y, además, es la única forma de evitar que cosas como estas sigan sucediendo y, por lo tanto, sigan generando inseguridades donde quizás no las había.

Para cerrar déjenme decirles que cada vulva es única, zarpada, ambiciosa, íntima, acalorada, amiga, fiel, aliada, desopilante, atrevida, reservada, depilada, con pelos, carnosa, rosa, pardas, oscuras, con pecas, asimétricas, carnosas, finas… de esto se trata la belleza de las diferencias.

Espero que después de haber leído esta columna tu manera de mirar tu vulva haya cambiado para bien y que te animes a disfrutarla: es toda tuya y está para ser querida y mimada toda la vida.

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