Newsletter
Newsletter
 • Opinión

Karonchi: “Necesito curar mis heridas; mientras tanto, menos citas y más amigas”

Karen Barg, Karonchi en redes, nos cuenta una historia que no tiene final feliz... o sí, depende cómo se la mire. El mundo de las citas deja sus aprendizajes.


Salida con amigas en Madrid, una de las formas del bienestar que sostiene Karen Barg tras su separación.

Salida con amigas en Madrid, una de las formas del bienestar que sostiene Karen Barg tras su separación. - Créditos: Getty



Era un día cualquiera en la jungla de las apps de citas cuando, de repente hago match con Eliseo, lindas fotos, buena conversación y pocos días después pasamos a WhatsApp.

Y en un confuso episodio termina hablando todo el día con él.

Era divertido, inteligente, amoroso, súper ubicado.

Y mi cerebro, criado en la era Cris Morena, pensó que quizás era él, que sin buscarlo llegaba a mi vida para quedarse y ser felices por siempre.

Chat va chat viene quedamos para nuestra primera cita.

Karen Barg se instaló muchas apps en su celu.

Karen Barg se instaló muchas apps en su celu. - Créditos: Gentileza Karen Barg

Me hice la canchera y lo pasé a buscar yo por la casa: me creía una trasgresora de costumbres de citas.

Se sube al coche y debo admitir (perdón, sé que no va a quedar bien decir esto, pero acá estamos entre amigas) que no era tan guapo como en las fotos, pero seguía siendo igual de simpático, así que decidí que eso no me iba a importar en esta instancia.

Fuimos a tomar algo y rápidamente empezamos a hablar bastante profundo, sobre salud mental, burnout y ataques de pánico.

Pasamos por distintos tópicos como familia, pasado amoroso (sin entrar en muchos detalles) y deseos a futuro.

¿Qué decirles? Yo ya estaba in total.

Nos fuimos del bar, era día de semana y se había hecho tarde.

Lo llevé a la casa y, cuando nos despedimos, hubo beso (buen beso).

Yo me fui a mi casa dichosa y feliz.

Obvio que esperé un mensaje de él que averiguara si había llegado bien. ¿A ustedes les llegó un mensaje de Eliseo esa noche? Ah.. porque, a mí, no.

Pero, bueno, quizás no quería que me diera cuenta de que estaba completamente enamorado de mí y se estaba mordiendo los dedos para no mandarme un mensaje.

Todas las semanas, Karen se reserva un día para salir con amigas.

Todas las semanas, Karen se reserva un día para salir con amigas. - Créditos: Gentileza Karen Barg

La cosa es que al otro día me desperté confiada en que, como los días anteriores, iba a tener un “buen día” en mi teléfono.

Ese “buen día” nunca llegó, tampoco un “buenas tardes” y, mucho menos, unas “buenas noches”.

Como yo estaba segura de que la cita había sido bárbara dije: bueno, le escribo yo.

Le escribí un mensaje “gracioso” y me respondió cortante.

Pero como yo a esta altura ya estaba medio alterada, porque no entendía nada le volví a escribir con buena onda y ahí pasó lo que nunca me había pasado, que sabía que existía, pero nunca lo había vivido… el ghosteo.

¡Qué porquería más horrenda! Maldiiiitooooooo

Yo quedé tiesa, no entendía cómo para mi algo había fluido “tan bien” y para Eliseo, evidentemente, tan mal.

Mi parte pensante del cerebro me decía: “Tranquila, no podés leer su mente y qué le pasó, no es tu historia es la suya. Vos seguí con tu vida, que venís muy bien”.

Pero mi parte novelera y débil de mi cerebro pensaba: “¿Qué hice mal? ¿Por qué no gustó de mí? ¿Será que alguna vez alguien me amará?” (sí, mi cerebro novelero habla en neutro, no me juzguen).

Fueron pasando los días y, obvio que, de Eliseo, ni noticias. Mi autoestima seguía dañada: me enojé heavy conmigo por dejar que un nabo que no conozco mueva la aguja de mi autoestima.

 

Sigo un poco enojada, la verdad.

Me gustaría, por chusma, que me cuente qué pasó, qué le pasó. 

Pero, ¿de qué me sirve, no es cierto?

Hay que volver al viejo y amado Fake it till you make it. Y entender que todavía estoy flojita para involucrarme amorosamente con alguien. Necesito curar mis heridas antes de volver a compartir pedazos de mi vida con una persona.

Mientras tanto, menos citas y más cenitas con amigas que me llenan el alma y me responden los mensajes. 

Las más leídas

Te contamos cuáles son las notas con más vistas esta semana.

¡Compartilo!

En esta nota:

SEGUIR LEYENDO

Karen Barg, se pregunta: ¿por qué nos cuesta tanto pedir ayuda?

Karen Barg, se pregunta: ¿por qué nos cuesta tanto pedir ayuda?


por Karen Barg
Tapa de revista OHLALÁ! de abril con Gime Accardi

 RSS

NOSOTROS

DESCUBRÍ

Términos y Condiciones


¿Cómo anunciar?


Preguntas frecuentes

Copyright 2022 SA LA NACION


Todos los derechos reservados.