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Tengo miedo de que me echen del trabajo: cómo afrontar la inseguridad laboral

Si tu cabeza no para de pensar en que podés perder el trabajo, te contamos alguna claves concretas para que ganes confianza y pares de sufrir.




La inseguridad laboral es algo que todas sentimos, pero pocas veces sabemos identificarla. Randstad, líder global en servicios de Recursos Humanos, presentó los resultados de la última edición del Workmonitor (un estudio que releva las expectativas, estados de ánimo y comportamiento de los trabajadores), que arrojó como resultado que al 75% de los argentinos le preocupa el impacto de la incertidumbre económica en su seguridad laboral.

¿De qué estamos hablando? La inseguridad laboral es lo que sentimos internamente en la organización en la que trabajamos. Son esos pensamientos que se nos vienen recurrentemente, por ejemplo: “Veo muchos movimientos, despidos, y yo hace mucho que no cambio, ¿qué onda?”, “siento que lo yo aporto ya no es tan necesario acá” o “mis amigos tienen otros tipos de trabajos y yo sigo haciendo lo mismo”, etc. Las causas pueden ser que no te gusta tu empleo, sentís que no hay otras opciones, otros caminos o no hiciste nada para reconvertirte.

Si sentís propia alguna de estas sensaciones, tranquila, es algo muy normal, que todas en algún momento tuvimos o tenemos. El sentimiento de duda sobre vos misma es habitual en algún punto de tu carrera, el problema es cuando te empieza a afectar y se convierte en una charla negativa interna en tu cabeza: dejás de hablar, de presentar ideas, pensás que cualquier cosa que propongas va a ser una pavada, no tomás riesgos, te paralizás, te escondés. Todas esas cosas empiezan, realmente, a afectar tu performance en la empresa. Ese es el punto donde tenés que monitorearte y actuar, porque convivir con este tipo de miedo te genera muchísima ansiedad y cuando estamos con tanta incertidumbre, la neurociencia nos dice que no podemos trabajar bien. ¿Qué podés hacer? Elevar tu autoestima y callar a ese pajarito que te taladra la cabeza. 

Trabajá en tus fortalezas

Una gran idea es ponerte un post it en la agenda o en la misma computadora en la que trabajás con una frase muy simple y sabia: “Tu seguridad no está puesta en tu empleo, sino en vos misma”. Mientras sepas que vos tenés la capacidad y la fuerza de adaptarte, vas a ganar tranquilidad, ya que vas a estar segura de que, gracias a tus capacidades, trabajo no te va a faltar. También podés hacer el ejercicio de preguntarte cuál es tu nivel de autoconocimiento y de inteligencia emocional, para saber dónde estás parada y trabajar en aquello en lo que te sentís más débil, porque cuanto más te conocés, más vas a creer en vos.

Nos cuesta mucho ser amables con nosotras mismas, pero la mitad de la inteligencia emocional es inteligencia intrapersonal: cuánto me conozco, me motivo, me inspiro y me conquisto a mí misma. Si tenemos este punto débil, hay que recurrir a la red de apoyo empático, para que nos ayude a accionar, a ver realmente lo que tenemos, que es súper importante cuando entramos en duda. Si creo que no soy suficiente, no valgo o no puedo, tiene que entrar otro a hacerme de hinchada: un coach, un mentor, una amiga..., porque sola no puedo. 

Por otro lado, hoy, la educación, las empresas y el mundo están cambiando y esa inseguridad que quizá sientas también puede surgir porque sabés, internamente, que no estás haciendo nada para reconvertirte o rediseñarte. Después de la pandemia, las empresas buscan que las personas se hagan protagonistas de sus caminos y tomen las riendas de sus elecciones, y por esto mismo siempre tenemos que estar aprendiendo algo y sabiendo que la única constante va a ser el cambio. Tenemos que ganar flexibilidad y saber convivir con esta incertidumbre. Por eso, si vos sabés que tenés una cajita de herramientas con habilidades y estás aprendiendo cosas nuevas, ampliando tu red de contactos, trabajando tu marca personal, buscando opciones internamente en la empresa en la que estás o buscando otras posibilidades en el mercado, vas a ganar seguridad en vos misma. 

Despedí a los fantasmas que viven en tu mente

¿Qué sensaciones te despiertan inseguridad laboral?

¿Qué sensaciones te despiertan inseguridad laboral?

El mundo es cada vez más líquido y ya no podemos esperar que la empresa nos dé todo servido, por supuesto que tu organización te tiene que motivar y dar herramientas para crecer y desarrollarte, pero la clave es apelar a la responsabilidad de cada una. Preguntate, entonces: ¿qué estás haciendo vos? Estamos acostumbradas a tener todo ya y nos invertimos pensando a largo plazo, es muy importante construir y estar en continuo movimiento, hacer cosas para estar más empleable en un mercado que no va a parar de moverse.

Si tenés miedo o dudás, activá ya: rehacé tu CV, movete en LinkedIn, hacé cursos o capacitaciones y aplicá en diferentes búsquedas. Recordá que cuanto más aprendamos, menos inseguridad vamos a sentir, porque estamos haciendo algo por nuestro futuro.
También sabé que la inseguridad laboral está muy atada al contexto. Estamos tan estresados crónicamente, tenemos tanto cortisol, tanto estrés y vemos el dólar tan caro que el sentimiento de crisis es constante. Pero, por otro lado, si ponemos el foco en la resiliencia, los argentinos somos pilotos de tormentas y tenemos una gran flexibilidad: esto nos da una habilidad tremenda que debemos saber aprovechar, incluso en el mercado internacional. Un consejo: invertí en conocimiento, ganá habilidades hoy y salí empoderada a las búsquedas del mañana.

5 sensaciones que nos hacen tambalear

¿Te sentís identificada con alguna de las siguientes frases? Si te está pasando, te dejamos herramientas para que puedas surfear la ola.

  1. 1

    “Soy la nueva”
    Si sos nueva y no sabés cómo moverte en estas aguas, asegurate de que el foco esté en aprender y preguntar, no pienses que vas a hacer preguntas tontas. Al mismo tiempo, llevá algo a la mesa, ¡porque te contrataron por algo! No frenes tus contribuciones, no está bueno estar seis meses sin decir nada, hay que empezar a entregar el valor rápido. 

    Algo que te puede ayudar a sentirte mejor es conectarte con la gente de adentro, dedicar tiempo a construir la relación con tus jefes, tus líderes, tus compañeros... Y mantener tus conexiones con el afuera para no aislarte y poder poner las cosas en perspectiva. Cuando estás muy metida en una organización y algo intoxicada con lo que pasa adentro, muchas veces cortás con los lazos de afuera y esos son los que te conocen y te sostienen. Hacé uso de la famosa red. 

  2. 2

    “Siento que no pertenezco al equipo”
    Para paliar esta sensación, ofrecé colaborar más con tus compañeros, acercate y preguntales en qué los podés ayudar, mostrales en lo que estás trabajando y consultales si les sirve; o planeen cómo pueden hacer para que les sirva a los dos. 
    Y, algo fundamental para que la inseguridad no crezca: evitá involucrarte en el chisme de la oficina, el famoso radiopasillo o en la negatividad general: es poco profesional, te obstruye, te llena de negatividad y amargura. Alejate de eso. 

  3. 3

    “Tengo miedo a perder el trabajo”
    Si vivís con este pensamiento, concentrate en el valor que traés a tu trabajo y pensá cuáles son los resultados que le permitís alcanzar a la empresa. Entendé cómo tu rol contribuye y pensá a futuro. Volvete concreta y preguntate: ¿por qué me van a echar? ¿Cuál es el valor que estoy agregando hoy? ¿Cómo ese valor repercute en los objetivos de la compañía? ¿Cómo estoy ayudando a la empresa a que sea exitosa?

  4. 4

    “No entiendo por qué no crezco”
    Esto lo podemos sentir por varios motivos: el primero es que realmente no estés para crecer todavía, el segundo es que la gente no ve tu ambición de crecer. En este caso, la mejor herramienta es pedir feedback para entender cuáles son las cosas que hacés bien y cuáles las que no, cuál es la brecha que tenés hacia el puesto al que querés ir o qué es lo que te falta en términos de experiencia. 

  5. 5

    “Sufro el síndrome del impostor”
    Todo el mundo lo tuvo en algún momento de su vida. Un buen ejercicio es reconocer tus esfuerzos y tus logros. Podés hacer, a diario, una lista de las cosas que lograste en el día y otra lista de cualquier reconocimiento o feedback positivo que hayas recibido. Así, cada vez que sientas que no estás a la altura, podés leerlo para levantar un poco tu autoestima. 

Expertas consultadas: 
Gaby Hostnik. Especialista en inteligencia emocional. Coach laboral.
@gabyhostnik.    

Laura Guolo. Experta en liderazgo y talento. Coach ejecutiva. @staminaleadership.
staminaleadership.com.

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