Reducción de la jornada laboral: ¿sería posible en Argentina?

Según el estudio de Bumeran Reducción de la jornada laboral, el 88% de los especialistas en Recursos Humanos de Argentina cree que la tendencia a futuro apunta hacia una reducción de la jornada laboral. Del relevamiento participaron 691 profesionales de Recursos Humanos de la región: 330 de Argentina, 215 de Chile, 67 de Ecuador, 45 de Panamá y 34 de Perú. El estudio explora la reducción de la jornada laboral, sus beneficios y sus dificultades.

En Argentina, un 88% de los especialistas entrevistados considera que la tendencia a futuro apunta hacia una disminución de la jornada laboral. Aunque parece un número alto, en relación con los demás países de la región es de los más bajos. Por encima se encuentran Chile (que aprobó la legislación) y Ecuador con un 94%, y Perú con un 91%. Por debajo, solamente Panamá, con un 75%. El promedio regional es de un 90%.

El 62% de los especialistas en Recursos Humanos argentinos cree que es posible implementar una reducción de la jornada laboral. Pero, ¿qué tipo de reducción implementarían? El 52% seleccionó “reducir la cantidad de horas que se trabajan por día” y un 48% optó por “reducir los días laborales a 4”.

Nuevamente, el 62% es uno de los valores más bajos de la región. Respondieron que era posible implementar la reducción un 76% de los chilenos, un 60% de los ecuatorianos, un 62% de los panameños y un 74% de los peruanos. El promedio regional es de un 67%, 5 puntos porcentuales por encima del porcentaje argentino.

A pesar de que un 62% dice que es posible implementar la reducción de la jornada laboral, sólo un 7% tiene pensado hacerlo.

¿Qué tipo de reducción de la jornada van a realizar? Se puede observar que se repite la tendencia sobre la tipología de la reducción: el 52% eligió “reducir la cantidad de horas que se trabajan por día” y un 48% escogió “reducir los días laborales a 4”.

¿Qué pasa en el resto de la región? Tienen planificado llevar a cabo una reducción de la jornada el 42% en Chile, el 14% de Ecuador, el 16% de Panamá y el 13% de Perú. El promedio de la región es de un 19%, 12 puntos porcentuales por encima del porcentaje argentino que es el más bajo de la región.

Del estudio se desprende que el 94% cree que las empresas que tienen una jornada laboral reducida son más atractivas para los talentos. ¿Qué tipo de reducción de la jornada consideran que es más atractiva para los trabajadores? El 67% respondió “reducir los días laborales” y el 33% optó por “reducir la cantidad de horas que se trabajan por día”.

Hay una pregunta que suele protagonizar los debates públicos respecto a la reducción de la jornada laboral: ¿es posible implementarla y mantener los mismos salarios? Según el 72% de los especialistas en Recursos Humanos de Argentina, sí.  Sin embargo, al preguntarles cuáles serían las principales dificultades al realizar la reducción de la jornada un 61% respondió “llevarla a cabo sin reducir los salarios”.

Al tema de los salarios, le siguen “conservar la estructura de la organización” con un 35%, “un aumento del costo laboral” con un 33%, “la falta de tiempo para llevar a cabo las tareas” con un 30%, “la reducción de los salarios” con un 22%, “una disminución de la productividad” con un 21% y “la pérdida de incentivo para mantener y crear puestos laborales” con un 12%.

¿Cuáles consideran los especialistas que son los principales beneficios de la reducción de la jornada? “Un mejor equilibrio entre la vida laboral y la personal”, con un 80%; “un aumento de la motivación de los talentos”, con un 63%; “un aumento del descanso físico y mental”, con un 56%; “un incremento de la productividad”, con un 52%; “una optimización del tiempo” para un 52%; “un descenso en los niveles de estrés”, con un 51%; “una reducción de licencias y ausencias”, con un 44%; “menos rotación y renuncias de los talentos”, con un 44%; “una mayor desconexión”, con un 28% y “una disminución de la contaminación del medioambiente”, con un 12%.

Las razones para implementarlo son varias y la dirección parece ser esa. Hace un tiempo te contábamos en OHLALÁ! que Islandia fue el primer país en implementarlo, le siguió Bélgica y Chile, el más reciente. Varios países de Europa se sumaron a esta idea: ligado a esto surgió el concepto de salario emocional, aquella “remuneración” obtenida que no se traduce en dinero sino en bienestar.

Podría pensarse que en Argentina estamos lejos, pero el primer paso es que en las empresas ya empiezan a considerarlo. Y también existe a nivel parlamentario un proyecto de ley que propone seguir esta tendencia.