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Cómo hacer dormir bien a tu bebé: claves para lograrlo

Cómo duermen los bebés es el tema más conversado entre las madres. Charlamos con Vanina Schoijett, autora del libro Teta y sueño, sobre mitos y verdades del sueño infantil. Te contamos algunas claves para hacer dormir a tu bebé.


El sueño del bebé, uno de los temas más conversado entre las madres

El sueño del bebé, uno de los temas más conversado entre las madres



"¿Tu bebé también se despierta muchas veces?". Es una de las preguntas que las madres nos hacemos en voz baja, no vaya a ser cosa que estemos haciendo algo mal. Porque algo que aprendemos cuando nos iniciamos en el camino de la maternidad, es que todos se sienten con derecho a opinar, comentar o sugerir. Y más si se trata de un tema que genera mucha preocupación y ansiedad en las familias como es el dormir del bebé.

Sea que hagamos colecho o que duerma en su cuna, le demos teta o fórmula, indefectiblemente todos los bebés tienen despertares nocturnos. Y si bien, al principio, es para comer, este no es el único motivo. "Los bebés no se despiertan solo por hambre. También lo hacen cuando están en proceso de adquirir una nueva habilidad como rolar, gatear o sentarse, cuando atraviesan alguna etapa de angustia de separación, cuando cortan un nuevo diente, y tantas otras posibles razones", explica Vanina Schoijett, autora del libro Teta y sueño. El desafío amoroso de criar bebés y niños (Planeta).

"Los bebés tienen una estructura de sueño y un sistema nervioso inmaduros. Esto hace que no logren regular el sueño por sí mismos y necesiten de la intervención de su cuidador en esos pequeños despertares a lo largo de la noche. Esto ocurre sea que el bebé tome teta o mamadera", continúa. 

Sueño y lactancia

Cada vez se conocen más los beneficios de la lactancia materna, pero no se sabe tanto sobre la incidencia entre esta y el sueño infantil. "Hay una íntima y profunda relación. Ambos son mecanismos fisiológicos que posibilitan el bienestar, la regulación de muchos procesos vitales de nuestro cuerpo, un desarrollo saludable y, en definitiva, la supervivencia de la especie. A pesar de que frecuentemente las madres reciben el consejo de 'des-asociar' el pecho del momento de dormir, es indudable que ambos, lactancia y sueño, están fisiológicamente hermanados y nuestros bebés lo saben", señala Schoijett, que es puericultora y trabaja acompañando a familias de todo el mundo de manera presencial y virtual en temas relacionados con el amamantamiento, el sueño y la crianza.

Además de brindar el alimento especie-específico diseñado para los humanos, el acto de amamantar le ofrece al bebé o niño una experiencia de apego con su madre y de regulación de su sistema nervioso inmaduro. En lo que respecta al sueño, involucra diversas cuestiones que se ponen en juego: el mecanismo de succión implica la secreción de hormonas inductoras del sueño. Además, la melatonina y el triptófano, presentes en la leche materna, también colaboran como somníferos naturales para el bebé y ayudan a regular su ritmo circadiano (el famoso “reloj biológico”). Y, como si fuera poco, la presencia y el contacto con la madre promueven un estado de bienestar y relajación, facilitadores del descanso.

Pero, entonces, ¿por qué, a veces, abuelas y tías, e incluso algunos profesionales de la salud, nos aconsejan- con las mejores intenciones- darle una mamadera para que el bebé duerma mejor? "Esta es una idea sumamente extendida en nuestra cultura: la creencia de que los bebés solo se despiertan por hambre y que la fórmula, al ser más pesada y difícil de digerir, hará que duerma por un tiempo más prolongado. Sin embargo, en los estudios sobre el tema no se encontraron diferencias significativas entre el sueño de bebés alimentados con leche materna y el de los que consumen leche de fórmula", afirma nuestra experta consultada. 

Los bebés no logran regular el sueño por sí mismos

Los bebés no logran regular el sueño por sí mismos

Claves para que el bebé duerma bien

Pero, entonces, ¿qué hacemos con esas noches que parecen interminables? Además de evaluar si nuestro bebé duerme lo suficiente, hay algunas pautas que podemos seguir para, al menos intentar, dormir mejor. "Es importante entender cómo funciona el sueño infantil para tener expectativas realistas y no perseguir ideales que muchas veces circulan sobre 'lo que hay que hacer' o recetas mágicas para eliminar despertares nocturnos que, como vemos, son parte normal del sueño del bebé y niño pequeño", aclara Schoijett.

Para las madres que amamantan por las noches, el hacerlo acostadas ayuda a que ellas descansen más. "La lactancia nocturna suele ir muy de la mano con el colecho, es decir, la práctica de dormir junto al bebé. Conocer las pautas básicas para realizar un colecho seguro permite que las madres sostengan las tomas nocturnas de una manera cómoda para ellas, sin tener que levantarse de la cama y eso facilita su descanso, que es muy importante", define.

¿El destete nocturno puede ser una solución? “Cada niño es único y la forma en que el destete impacta en el sueño nocturno es única también. Las experiencias de las familias sobre este tema son muy variadas: hay quienes perciben una mejoría respecto de los despertares nocturnos luego de haber destetado, y hay muchas madres que aseguran que el destete no cambió absolutamente nada. No podemos saber por adelantado qué sucederá con el sueño una vez que el niño esté destetado. Suelo sugerir no considerar el destete como un primer camino para mejorar las noches sin antes revisar muchos otros aspectos y determinar si hay cuestiones sobre las que valdría la pena profundizar y trabajar, antes de pensar en el destete", aclara. 

Red flags del sueño infantil

El sueño es evolutivo y los despertares nocturnos son esperables en la primera infancia. Pero, ¿hasta cuándo? Si bien la estructura del sueño termina de desarrollarse hacia los 6 años, entre los 3 y 4 años hay una gran mayoría de niños que evidencian un sueño muy consolidado y muchas de sus noches ya no requieren de la intervención de los adultos durante los despertares. "Es decir, ellos -y también nosotros- tenemos fugaces despertares a lo largo de la noche, pero a esas edades frecuentemente logran retomar el sueño de manera autónoma, como lo hacemos los adultos", señala la especialista en sueño.

No obstante, hay veces que los mal llamados "problemas de sueño" indican otros temas de salud detrás. "En niños pequeños las dificultades en el sueño pueden ser un síntoma. Entre las más comunes podemos mencionar las deficiencias nutricionales, las restricciones orales (como un frenillo corto), las tensiones de la fascia, apneas, ronquidos, respiración bucal, alergias, reflujo o piel atópica que pica. Cuando en la consulta detectamos alguna de estas cuestiones, es fundamental la derivación al pediatra de cabecera o al especialista que corresponda", concluye nuestra experta. 

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