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Relaciones: qué es el burnout de las citas y cómo hackear tu propio algoritmo

Si siempre te gana el plan de tirarte a ver series o salir con amigas antes de conocer a alguien, quizás haya preguntas para hacerte. ¿Cómo hackear tu propio algoritmo?


¿Qué es el benching y cómo saber si te está afectando?

¿Qué es el benching y cómo saber si te está afectando? - Créditos: Getty



La mayoría de nosotras experimentamos alguna vez la sensación de tener fiaca para encarar una cita. Puede ser porque recién salíamos de una relación y nos daba pereza volver a pasar por esa etapa o, tal vez, porque tuvimos malas experiencias. La realidad es que, en esa búsqueda del amor, muchas veces terminamos desilusionándonos y perdemos el interés por conocer a alguien nuevo.

El sentimiento se parece a veces al “burnout” laboral: las citas son situaciones de muchísima exposición, y de nuestro estado anímico va a depender cómo vamos a poder afrontar el proceso de estar en esa vidriera. Al utilizar aplicaciones, estamos expuestas al rechazo de manera permanente, y si nuestra autoestima está baja, muy probablemente lo tomemos como algo personal y se convierta en un atentado contra nuestra autoestima. En cambio, si estamos armadas con respecto a esto, vamos a entender que el rechazo, de alguna manera, forma parte de la búsqueda.

En la actualidad, lo que más usan las personas solteras para conocer a alguien son las aplicaciones de citas. El camino lo conocemos todas: armar un perfil, likear candidatos/as, hacer match, entablar una conversación y, en el mejor de los casos, pasar un momento divertido con la otra persona. Pero muchas veces ese proceso resulta agotador, sobre todo cuando del otro lado no recibimos la respuesta que esperábamos. A Natalia, divorciada y con tres hijos, volver a la etapa de las citas a través de estas aplicaciones le generaba rechazo: “Hace un tiempo probé bajarme Tinder y en menos de 48 horas lo borré, sentía que era un catálogo de hombres. Después, en pandemia, volví a probar por aburrimiento, pero todo lo relacionado a las citas me daba fiaca: encontrarse con alguien, romper el hielo, ir al encuentro pensando si valdrá la pena o no. Te terminás agotando porque hablás con alguien y te ilusionás, pero después, cuando lo ves en persona, te das cuenta de que en realidad no te gusta tanto y tenés que empezar otra vez de cero”. A ellos también les pasa: por ejemplo, a Tobías, un joven que usa regularmente estas apps, lo que más fiaca le da es que las personas tarden mucho en responder: “Me ha pasado de estar hablando con alguien y que tarden dos o tres días en responder; cuando vi el mensaje, ya no me daban ganas de salir”. ¿Te suena?

Una extraña forma de ansiedad

Esta forma de relacionarnos, en la que la tecnología nos permite acercarnos a otros de una manera más rápida, en algunos casos puede generar ansiedad ante la falta de una respuesta inmediata. Muchas veces, la velocidad con que suceden las cosas en las redes o en las aplicaciones no tiene que ver con la velocidad que se necesita para construir un vínculo. Otras, la desilusión llega porque terminamos enganchándonos con una persona por cómo nos hizo sentir, pero, después de varias salidas, nos damos cuenta de que, en realidad, no nos gusta tanto. Esto sucede porque los encuentros de las apps son las primeras etapas de una relación y se caracterizan por tener una postura mucho más egocéntrica en la que no se trata tanto de estar conociendo a otra persona, sino de cómo nos hace sentir. Para que esa relación evolucione, hay que salir de esa postura individualista y eso requiere otra madurez. La rapidez con que pasan las cosas hace que muchas veces no les demos el tiempo necesario. 

Cuando el problema es el ghosting 

En muchas ocasiones, el “burnout” de las citas está relacionado con la manera en que se forman los vínculos actuales, los cuales parecerían ser cada vez más fugaces. “Me pasó de tener una cita que me encantó y estoy segura de que a él también le gustó, pero nunca más me volvió a escribir. Eso da fiaca, porque ya no entendés qué pasa. Hay personas con las que pegás buena onda y no vuelven a aparecer y otras con las que tal vez no hubo tanta química y te vuelven a escribir. Los vínculos están raros y es indescifrable saber con quién sí y con quién no”, cuenta Pilar, que hace poco retomó las citas.

El famoso ghosting del que tanto se habla –que implica cortar la comunicación con otra persona sin que haya una justificación evidente y sin aviso previo– suele estar relacionado con la falta de responsabilidad que da la virtualidad. La intensidad de los intercambios por chat genera a veces que al pasar al “cara a cara” haya personas que no se lo bancan y desaparezcan. Muchas veces se sacan así el peso de pasar por un mal momento, y otras veces de verdad son personas que no tienen habilidades sociales. Las redes sociales dan un anonimato: el “hoy estoy, mañana no”. 

¿Qué hay detrás de la fiaca?

La falta de responsabilidad afectiva y respeto por el vínculo con el otro juega un papel importante en ese agotamiento que deriva en la pérdida de interés por conocer a alguien. A veces entramos en un piloto automático en el que no registramos demasiado qué le pasa a la otra persona si desaparecemos. Al reaccionar de esta manera, se pierde la posibilidad de crecer en una relación, que no necesariamente implica ponerse de novia o que vaya a pasar algo súper importante, sino que también implica decir “no funcionó para nosotros”.

En definitiva, los motivos por los cuales una puede llegar a tener fiaca de las citas son muy variados y cómo nos afecte eso va a depender de en qué situación nos encontremos con nuestra autoestima. Para poder afrontar esta etapa, es importante tener como guía salir con personas que nos interesen, no con personas que se interesen en una. Si salimos con alguien solo para agradar, quizá sea conveniente revisar dónde está nuestra autoestima y fortalecerla. Otra posible solución es buscar nuevas formas de conocer gente, hacer actividades que requieran conocer un grupo nuevo de personas. Por último, es fundamental desintoxicarte de ese ambiente que te tiene cansada: hacer una pausa en las salidas si estás desganada o si pensás que te sobreexpusiste. Es clave pensar qué no te gustó de ese recorrido, cuáles son tus “no negociables” a la hora de tener una cita, lo que vas a tolerar y lo que no. Todo ese camino tiene que ser un aprendizaje.

Hackear tu propio algoritmo

¿Te pasa que matcheás siempre con el mismo tipo de persona y no lográs salir de ese patrón? Anotá estas claves y hacé un uso más inteligente de las apps de citas: 

1. Actualizá tu perfil: las aplicaciones funcionan a través de algoritmos que analizan los datos básicos que completamos al configurar nuestro perfil. Por eso, cuantos más datos completes y más fotos incluyas, mejor funcionará el filtro de selección.

2. Ajustá las preferencias de búsqueda: dentro de la configuración de la app, podés modificar los rangos de edad y cambiar tu ubicación para visualizar una mayor variedad de perfiles. También existen opciones pagas dentro de las apps que te permiten ajustar los filtros avanzados para que te muestre candidatos/as según tus preferencias.  

3. Sé más selectiva a la hora de hacer swipe: mirá las fotos y las descripciones de las biografías con más atención a la hora de seleccionar los perfiles a los que quieras darles like. De esta manera, la app va a poder identificar mejor el tipo de persona que te gusta.  

4. No te cases con una sola app: teniendo perfiles en distintas apps de citas, vas a conseguir visualizar una mayor cantidad de personas.

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