Miocarditis: por qué se la asocia al Covid y qué incidencia tiene en mujeres
El coronavirus impacta en un mayor riesgo de tener problemas cardiovasculares; pueden presentarse dolor de pecho, falta de aire y palpitaciones o transcurrir de modo asintomático
1 de febrero de 2022
La miocarditis se asocia al Covid
El Covid se asocia a un mayor riesgo de eventos cardiovasculares y la miocarditis es una de las afecciones detectadas. Esta es la conclusión a la que llegaron en el estudio “Riesgo de eventos cardiovasculares después de Covid-19?, de medRxiv y bioRxiv en diciembre del año pasado en el que se revisaron 1355 pacientes, 770 mujeres (57%) y 563 (42%) con enfermedad cardiovascular establecida. Allí se evaluó la morbilidad y mortalidad cardiovascular.
La miocarditis se instaló en la conversación porque se conocieron varios casos de deportistas que sufrieron problemas cardíacos y se vincularon con el coronavirus y la aplicación de algunas vacunas contra el Covid.
¿Cuál es la relación entre la miocarditis y el Covid? ¿Hay alguna incidencia especial en las mujeres frente a esta enfermedad?
Qué es una miocarditis
La médica especialista en cardiología Mildren Del Sueldo, miembro de la Federación Argentina de Cardiología (FAC), define a la miocarditis como la inflamación del músculo cardíaco. “Nuestro corazón tiene en su pared un músculo que se llama miocardio y es el que se puede inflamar y causar un cuadro de miocarditis”, señala.
Según expone al conversar con OHLALÁ! se trata de un trastorno poco común y casi siempre causado por una infección que afecta el corazón. “También se puede inflamar la última hoja que recubre el corazón, que se llama pericardio, y producir una pericarditis. O se pueden dar ambas condiciones, es decir, una miopericarditis”.
La experta detalla que esta enfermedad es causada por virus cardiotropos o que tienen habilidad para producirla como el virus de la gripe, el citomegalovirus o el SARS CoV2, que es el virus del Covid.
“Cuando se produce una infección, nuestro sistema inmunitario reacciona y produce células especiales para combatir la enfermedad. Si la infección afecta el corazón, estas células entran al sistema cardiovascular para combatirla y las lesiones que se producen pueden ser por el propio virus o por las reacciones que desencadenan estas células”, informa.
La médica clínica y especialista en infectología Lucía Galeano coincide con su colega en que “las infecciones virales en ocasiones producen miocarditis, entre ellos, el Sars-Cov2?. Agrega que, lo que arrojan los estudios es que “la lesión miocárdica puede ocurrir en cualquier período de la enfermedad (durante o luego de la enfermedad, en el conocido síndrome post-Covid)”.
Miocarditis y su relación con el Covid
La cardióloga Del Sueldo señala que puede producirse miocarditis en el contexto de un cuadro de Covid por los motivos mencionados o, en algunas personas, después de vacunarse contra el coronavirus.
“En personas contagiadas con coronavirus, el riesgo de miocarditis es mayor cuando la enfermedad produce cuadros críticos, es decir, a mayor severidad del cuadro, mayor respuesta inflamatoria y mayor riesgo de miocarditis”, informa. Según los estudios que maneja, entre un 10 y un 15% de los pacientes con Covid severos o críticos pueden desarrollar miocarditis.
Aclara que la mayoría de los infectados por Covid no desarrolla este tipo de cuadros, sino que cursan la enfermedad de modo leve y entonces la posibilidad de tener una miocarditis es muy baja.
Cita un reciente estudio científico en donde se detectaron 40 casos de miocarditis por millón de personas, es decir, que es una complicación que puede existir, pero es muy poco frecuente, y los casos suelen cursar la enfermedad de forma muy leve.
Por otro lado, puntualiza que la posibilidad de desarrollar miocarditis por vacunas de tipo ARN mensajero fundamentalmente, como Pfizer o Moderna, es extremadamente rara (1 a 2 personas cada 100.000 vacunadas) y, en estos casos, los cuadros son en general muy leves. “Es importante mencionar que todas las vacunas, no solo las vacunas contra el Covid, pueden desarrollar inflamación del músculo cardíaco. Y, como cualquier medicamento, las vacunas pueden generar efectos adversos”.
Refiere a otro importante trabajo científico realizado en el Reino Unido: por cada millón de habitante se detectaron 6 casos con la vacuna Moderna, 2 casos con AstraZeneca y 1 caso con Pfizer. “Esta misma publicación remarca que los beneficios de la vacunación son ampliamente superiores a los riesgos que produce la propia enfermedad”, enfatiza la especialista.
Apunta que, con respecto a la prevalencia de miocarditis entre hombres y mujeres, tanto la asociada a la enfermedad como a las vacunas, es más frecuente en hombres. Aunque aclara que es conveniente esperar estudios clínicos más completos para establecer conclusiones.
¿Qué síntomas pueden presentarse?
La infectóloga Lucía Galeano señala que los signos y síntomas de presentación de la miocarditis son dolor de pecho, falta de aire y palpitaciones y pueden darse durante la enfermedad o luego de la recuperación. “Es importante decir que sobre todo afecta a aquellas personas que tienen como factor de riesgo alguna enfermedad cardiovascular (como hipertensión arterial, antecedente de infartos o arritmias)”, dice.
La médica especialista en cardiología apunta que también es posible que la miocarditis se curse asintomática, y se diagnostique cuando se hacen controles cardiovasculares. De allí la importancia de los chequeos periódicos.
La miocarditis es la inflamación del miocardio.
Coincide con su colega en que también puede ocasionar dolor precordial o en el tórax (que puede asemejarse a los síntomas de un infarto), puede haber fatiga, falta de aire, sensación de que se acelera el corazón o taquicardia, sensación de desmayo y/o cansancio fácil.
“En deportistas, cuando vuelven a la actividad notan menores rendimientos o taquipnea o taquicardia (respiraciones o latidos cardíacos muy rápidos), o también suelen presentarse con signos de insuficiencia cardíaca con edema o hinchazón de piernas, disnea (falta exagerada de aire) y palpitaciones”, enumera.
“Este cuadro puede evolucionar con casos muy leves (su gran mayoría), en donde los síntomas se resuelven por sí solos, hasta casos muy graves que necesitan atención en unidad coronaria e incluso el daño en el músculo puede ser permanente”, concluye.
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