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Comer saludable: cómo aprender de los chicos

Tips para readquirir conductas a la hora de sentarnos a la mesa; buscar nuevos sabores y ser más selectivo con los alimentos son algunos de los consejos




Créditos: Corbis


Existen conductas que se van perdiendo con el paso de los años, como los hábitos saludables que teníamos de chicos y ahora dejamos de lado.
La falta de tiempo, el stress y las nuevas actividades son algunos de los factores que influyen en nuestros hábitos de todos los días, como sentarnos a comer.
Para volver a adquirir esas conductas que dejamos atrás, TuAlmaZen.com comparte los consejos de la especialista en nutrición Michelle May, M.D. y fundadora de Am I Hungry? .
1. Comé cuando sentís hambre. Desde el momento en que nacen, los bebes saben cuándo y cuánto necesitan comer - ¡y van a ponerse a llorar para que nos enteremos!-. Así como van creciendo este instinto fundamental se puede des-aprender. Llegado el momento de la adultez, puede que hayan aprendido a comer según otras razones que no se relacionen con el sentir hambre —horarios de las comidas, tentaciones, stress, bronca, aburrimiento, entre otros incontables disparadores. A partir del reconocimiento de la diferencia entre la necesidad de comer y las ganas de comer, los adultos podemos re-aprender cuándo y cuánto comer.
2. Pará de comer cuando te sentís lleno. Un bebe va a girar la cabeza fuera de la llegada de la cuchara o del tenedor cuando ya tuvo suficiente comida. Y un niño puede tirar la comida en el suelo para demostrar que ya comió lo suficiente. Pero como adultos tenemos el hábito de "limpiar" nuestros platos.
3. Tener hambre nos pone de mal humor: estar cansado, tener hambre o sentir una frustración nos asegura un niño ofuscado ¡y esto afecta a los adultos de igual manera!
4. Los snacks son buenos. Los niños naturalmente prefieren comer o picar pequeñas porciones de comida entre la cena o el almuerzo siempre y cuando sientan hambre. Ese patrón de conducta mantiene el metabolismo en movimiento todo el día.
5. Jugá con tu comida. La mayoría de los niños ama examinar, oler y tocar la comida que tienen delante. Desde que al acto de comer es una experiencia sensorial completa, ellos aprovechan lo máximo de cada bocado. Este tipo de acercamiento "infantil" a la comida te va a ayudar a comer menos y disfrutar más.
6. Todas las comidas encajan. Los niños tienen una preferencia natural por el dulce y los sabores altos en grasas. Aunque los padres se preocupen por esto, estas comidas "divertidas" pueden ser parte de una dieta saludable.
7. Sé un comensal quisquilloso. Los niños no comen facilmente aquello que no les agrada. Pensá cuánto menos comerías si dejaras a un lado aquello que sabe "más o menos".
8. Podés aprender a que te gusten nuevas comidas. Alimentarse sanamente es un gusto que se adquiere. Una buena nutrición es esencial, por eso proveerse de una variedad de comida que se vea bien y sea saludable va a beneficiar a la familia por entero.
9. Seguí al líder: follow the leader. Enfrentémoslo... los niños suelen observar y muchas veces imitar lo que hacemos. Si nos observan comiendo una variedad de comidas saludables y ejercitándonos con asiduidad, van a aprender de tomar un buen cuidado por sus propios cuerpos.
10. ¡Hay más que helado y torta para una buena fiesta!: invitá a un niño a una fiesta y seguro va a estar más interesado en lo que hay para hacer que en lo que hay de comer. Invitá a un adulto a una fiesta y te va a preguntar qué comida se va a servir. No tenés que evitar las fiestas para seguir en forma o no salirte de la dieta: tan sólo enfocate en el principal propósito del evento - ser social.
11. Comer con tu familia es divertido. Desde que los bebes y niños deben ser alimentados por sus padres, tienen una tendencia a disfrutar comer con otras personas. El tiempo de comer en familia es tu oportunidad para modelar buenos hábitos y conectarse con los otros.
12. ¡Es aburrido sentarse! Los niños suelen preferir seguir en movimiento constante porque están explorando el mundo que los rodea. Los chicos aman correr en el césped o en el jardín, mientras se desafían a ellos mismos con otras actividades con mayor complejidad. Así como van creciendo, la televisión, los video juegos y las computadoras van acaparando su atención. Por estas razones, es positivo estimular otras actividades que permitan usar el tiempo en algo más que la pura pantalla.
13. Dormir está bueno. Después de un día repleto de cosas, los niños necesitan un buen descanso nocturno que los prepare para todas las aventuras del día que sigue.
14. Viví en el aquí y ahora. Los niños son los maestros de la vida en el presente. No pierden energía de más en preocuparse por lo que acaba de pasar o lo que ocurrirá mañana. ¡Podemos aprender muchísimo de los niños!

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