Al leer, se entiende. ¡No me van a decir que cayeron en en la trampita! Parece que los títulos hot son un buen gancho en la web, está comprobado. Los que saben de estas cuestiones, recomiendan que para aumentar el SEO (sigla de Search Engine Optimization), una funcionalidad que promueve tus publicaciones web en los buscadores, uses palabras muy buscadas.
Sí, se puede: combinar yoga con el placer por los textos - Créditos: Corbis
¿Y qué es lo que más busca la humanidad desde que el mundo es mundo? Eso que estás pensando. Es probable entonces que mi trampita dé resultado.
Muchos de los que en este momento estén escribiendo la palabra "placer" en Google, buscando algo más visual, probablemente estén por aparecer en este blog. Oh, oh. Welcome aboard, gente.
Más allá del hiper obvio doble sentido del título, me interesó tomar consciencia de la cuestión de cómo disponemos nuestro cuerpo para el acto de leer.
Ultimamente me estoy moviendo poco. Me descompuse en una clase de ashtanga en uno de esos dias calurosos de enero y no retomé la práctica desde entonces. Y me doy cuenta de que eso, lejos de estimularme a leer, me resta energía. Al final del día solo quiero hipnotizarme con Netflix recostada en el sillón frente a la tele.
Esta es la postura que estaba haciendo cuando casi me desmayo. La profe me tironeó un poco los brazos y parece que tenía una bruta contractura cervical, sumado a los 42 de sensación térmica en enero. Resultado: vértigo - Créditos: Fitur (Corbis)
Agarro un libro y ... ¡siento que me pesa en las manos!
Tengo un listado -que les comentaré en detalle en el próximo posteo- de libros elegidos para leer este año. Pero el cuerpo no quiere.
Es como si rechazara el objeto libro. Y las pantallas menos que menos. Ahora por ejemplo, estoy escribiendo esto, en una postura extraña, absolutamente inapropiada para cualquier otro contexto que no sea el de la casa de una, lejos de miradas extrañas, incluso de la propia familia. Las piernas en alto sobre una mesita que está al lado del escritorio, la espalda reclinada hacia el respaldo de la silla, por supuesto sin zapatos, ah, y un pie apoyado sobre uno delos libros de la lista, que oficia de almohadilla. Aprovecho para dar un buen estirón de espalda, alzo los brazos y los muevo hacia el techo, uno, despuès otro. Ahhh. No me animaría a hacerlo si estuviera en la redacción, no, al menos, lo del pie, ni lo del suspiro.
El puente todavía me sale igual que a ella, gran sorpresa, ya no tengo veinte. Pero me parece que para leer en la compu es un tanto extravagante, ¿què opinan? - Créditos: Corbis
Lo cierto es que leemos con el cuerpo. Con todo, no sólo con los ojos, ¿verdad? De modo que el placer de la lectura, las emociones que nos transmite un texto no sólo debe de estar relacionado con la calidad de la pieza literaria en sí misma. Se sabe, se acepta que el texto se completa con la subjetividad del lector, pero ¿se tiene en cuenta que esa subjetividad está inscripta en un cuerpo? Dicho en criollo: no siempre nos damos cuenta de que mucho de lo que nos gusta o no de un libro tiene que ver con como nos sentimos físicamente en el momento en que lo leemos.
No es lo mismo leer acostada que sentada, con frío o calor, parada, caminando,en el subte, en un bar con música de fondo, sola o con tu pareja al lado.
Hay un efecto del cuerpo en la lectura y a la inversa, de la lectura en el cuerpo. ¿Les pasa que por ejemplo, tienen hambre o sed y no lo registran porque están absortos en el texto? ¿O que les duele alguna parte del cuerpo y de repente, sin haber tomado ningún analgésico, ningún fármaco, ningún globulito, ni siquiera un tecito calmante, la molestia se les borra por completo?
Créditos: Corbis
Hay un libro, para los que les interesa profundizar, de la investigadora Laura Scarano, que se llama Palabras en el cuerpo: literatura y experiencia (Editorial Biblos, 2007), que analiza la historia de la experiencia literaria.
Pero en términos más cotidianos, más prácticos, me resultó más estimulante tomar el guante que lanzó una bloguera estadounidense, Natalie Meier, en BookRiot.com en su post A highly Scientific Analysis of the Best Reading Position. Aunque no tiene mucho de científico y es más bien un juego, lo interesante es que la autora se tomó el trabajo de probar una serie de posiciones (al menos tres veces cada una) y cronometrar sus tiempos para descubrir en cuál era capaz de pasar mantenerse por un mayor lapso de tiempo.
No, esta postura no me sale, pero hago lo mismo, tiro el mat enmedio del comedor, me da culpa cuando lo hago, es como si los libros me llamaran y me dijeran, pero qué haces, mejor agarrame y tirate conmigo en el sillón - Créditos: Corbis
En primer lugar, definió como "Mejor postura para leer" como "aquella en la que puedo quedarme más tiempo mientras leo".
Estos fueron sus registros:
Sentada en un banco del parque: 48 minutos con 6 segundos
Tumbada boca abajo: 32 minutos con 12 segundos
De pie: 27 minutos con 4 segundos
Sentada en un pub: 25 minutos con 45 segundos
Recostada boca arriba: 17 minutos con 39 segundos
Recostada sobre el lado derecho:16 minutos con 36 segundos
Recostada del lado izquierdo: 11 minutos con 36 segundos
Sentada con las piernas cruzadas: 11 minutos con 9 segundos
Como conclusión descubrió que su mejor postura para leer es sentada en el banco del parque, porque le da libertad para levantarse y moverse cada vez que lo necesita, que le gustó leer al aire libre, y los sonidos del ambiente la ayudaron a sumirse en sus libros (llevó a Jack London y otros autores norteamericanos). Se sorprendió al darse cuenta de que leer en el bar no resultara tan agradable como solía pensar.
Al final del "estudio" por supuesto reconoce que la debilidad del mismo es que sólo se realizó en una persona, ella misma y nos desafía: "actualmente la ergonomía de la lectura es un campo de estudio, así que si alguien buscaba un tema para su disertación creo que lo encontré por ustedes".
Me encantó la propuesta. ¿Nos sumamos? ¿Me cuentan cuál es su postura favorita para leer?
Próximo encuentro jueves 31 de marzo: leemos dos cuentos juntos
Para saldar tantos días sin comentarios de textos, les propongo dos cuentos, Arranquemos esta semana en los foros conEl marica de Abelardo Castillo y para el 31 tengamos leído El canario, de Katherine Mansfield, la autora propuesta por Gauchito.