Cuando ayer leí el comentario de Paula (unamujersimple) confesando que sentía fiaca de leer el post y los comentarios (y aun así ella estaba presente, saludando) tuve reacciones encontradas.
Sí, lo más mecánico fue pensar: "bueno, mejor ni decirlo, porque enseguida el otro (los otros) se hace/n responsable/s de ese desgano, de esa falta de atractivo". Pero en paralelo se me coló otro pensamiento: "está muy bien. Está siendo honesta. Si vos, Inés, vivís alabando la transparencia. Ella quería estar pero no tenía sentido que forzara la participación a un tema, con el que probablemente tampoco se sintiera muy identificada".
Y ya, me olvidé del comentario, porque tuve que salir corriendo y seguir con la jornada.
Pero por la tarde, mientras me duchaba para ir a la clase y daba vueltas alrededor del post de hoy (que ya tenía escrito) me encontré diciéndome: "ay, ojalá pudiera. Es envidia (sana o no sana, como prefieran). Ojalá pudiera yo darme esa licencia... Decirles: chicas, acá estoy, con fiaca de desarrollar un tema y una consigna... pero aún así, presente, involucrada con ustedes".
Ojo, ya sé que éste es mi trabajo, no es que quiera faltar a la cita, sólo no pensar tanto (de vez en cuando).
Y entonces se me vino una imagen. Oh, sí, yo sería algo así como la cuidadora del parque, la que tiene la llave del enrejado. Si no vengo y no abro la puerta, la gente directamente se queda afuera. Y esa llave es el texto principalmente. E incluso si yo quiero proponer un día "bueno, hoy holgazaneemos", la consigna más libre, y lo que de alguna manera tiendo a hacer los viernes (y estoy por hacer en este momento...) incluso esto implica que yo me exprese.
Y entonces ahora sí, dicho lo anterior, y dado que el viernes pasado cumplimos 3 años, que encima fue un día fatal porque Patri no apareció hasta las 8 PM (llorando), que por ende tuve que trabajar el día domingo, que el sábado fue un día intenso, de emocionalidad fuerte y yuxtapuesta, como dijimos, que todavía tengo una pila de emails sin responder, que debo terminar la clase de hoy y una nota para la revista (y otros asuntillos que me olvido), dado todo ello... hoy propongo un día de DOLCE FAR NIENTE.
O en lenguaje Inesístico: Pensamientos mínimos.
¿Les parece?
Parece una viejita dándole el maíz a las palomas
No quiero olvidarme de agradecer ningún regalo. En ese estamos
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