Listo. Creo que ya hemos incorporado el tema cesárea. Incluso alucinamos con todo lo que podemos llegar a organizar y planificar al respecto (el sábado a la noche, por ejemplo, estamos pensando en armar alguna cosa con amigos; tipo despedida de solteros o algo así).
Mucho -creo que todo- lo que comentaban ayer por aquí es cierto: lo único que importa ya sabemos qué es.
Plan:
El domingo a la noche nos internamos (ambos) y a la mañana siguiente, bien tempranito, nos espera el gran día (el hombre de esta casa, obviamente, estará en el quirófano). Eso sí: durante todo el lunes yo no digo ni mú. Ese es el gran tip, evidentemente. No hablar. Para que no te entren gases.
De aquí al domingo a la noche todavía tenemos muchas cosas por hacer. Por ejemplo, lavar a mano -y con jabón en pan- la ropita del Benja. No sé si tiene sentido, pero parece que así hay que hacer.
Mucho -creo que todo- lo que comentaban ayer por aquí es cierto: lo único que importa ya sabemos qué es.
Plan:
El domingo a la noche nos internamos (ambos) y a la mañana siguiente, bien tempranito, nos espera el gran día (el hombre de esta casa, obviamente, estará en el quirófano). Eso sí: durante todo el lunes yo no digo ni mú. Ese es el gran tip, evidentemente. No hablar. Para que no te entren gases.
De aquí al domingo a la noche todavía tenemos muchas cosas por hacer. Por ejemplo, lavar a mano -y con jabón en pan- la ropita del Benja. No sé si tiene sentido, pero parece que así hay que hacer.
Tampoco hemos terminado de ordenar su cuarto; y aunque todos sabemos que al principio dormirá en nuestro dormitorio, queremos dejar el suyo de estreno para cuando él llegue. (Sí, creo que uno se pone medio tontín con todo esto.)
Ah, y el sábado: a la peluquería. Manos, pies, y todo lo que se les ocurra. Ta bien, no?