Gps costero: un recorrido por Mar de las Pampas y sus alrededores

Si lo que buscás es un oasis en el bosque en donde parar, este es el lugar ideal. Las habitaciones de Plenilunio son vidriadas, y dan a un bosque y un jardín especialmente diseñado por paisajistas. Además, en temporada alta ofrecen servicio de playa, eco talleres recreativos y artísticos por si vas con chicos, propuestas gastronómicas al atardecer y hasta clases de yoga. Si vas en plan familiar, lo ideal es alojarte en los "apartamentos de playa", y si en cambio vas en pareja o con una amiga, en el "hotel del bosque".

Un infaltable para cenar en el centro. No solamente por ser un espacio super agradable, en donde cada mozo que te atiende lo hace de manera impecable, sino porque, principalmente, la comida es deliciosa. Y eso tiene mucho que ver con la puntillosidad de su cheff, Juan Scuteri, que hace más de 10 años aterrizó en este lado del mapa directo de Ibiza. Tanto la paella para compartir, como las pastas o el risotto son altamente recomendables. Y como los asiduos visitantes de este pueblo costero ya lo saben, hay que llamar con tiempo para conseguir una mesa.

Otro de los puntos obligados si no queres perderte pastas amasadas en el día por Anna, una tana de Calabria que hace casi 20 años decidió abrir este restaurant junto a su esposo. Hoy, el ambiente familiar se respira no solamente en el local (una casona en el bosque), sino también en la atención y gestión, en manos de las hijas y el yerno de Anna. Las reservas se hacen con tiempo, por teléfono o personalmente, y abren solamente de noche en temporada alta, y al mediodía también durante el año.

El secreto mejor escondido de la zona. Metiendo los pies en la arena y por medio de un puente típico del jardín japonés, se accede a este espacio tan valioso como escondido. Y es que a Heiwa se suele llegar por recomendación de boca en boca, en un plan de cena sobre la playa que alucina. El sushi, la entrada, el vino y el postre: el ritual lleva el tiempo de los que saben esperar la comida recién hecha.

Un must de zona norte que dice presente en Mar Azul y, desde esta semana, también en Mar de las Pampas. Tanto los frutales como los sabores cremosos tienen la calidad propia de un buen helado artesanal: gustoso, con la textura justa y el sabor perfecto. Todos los ingredientes que usan son naturales, y eso se nota.

Una de las pioneras de Mar de las Pampas: antes que las franquicias en Capital, y de los locales en Gessel, abrió esta riquísima chocolatería, allá por 1993. Tanto para pasar y llevarse unos ricos chocolates para el postre, o para quedarse degustando una de sus golosas tortas, La Pinocha es un plan en si mismo en pleno centro: haga frio, este nublado, o haya un sol radiante.

Pocas propuestas tan completas: en una esquina de Mar Azul, este espacio moderno en su exterior y algo vintage en su interior invita a pasar un rato más que agradable y relajado. Y para eso, ofrecen el combo perfecto: rica comida, ventanas vidriadas al bosque, y arte, mucho arte. Porque los dueños decidieron hacer pública su biblioteca, y podés llevarte prestados libros. Porque todas las noches hay un espectáculo de teatro, música o lecturas. Y porque organizan ferias del libro, entre otros encuentros arties.

Si hay algo que no puede faltar en unas vacaciones es un momento de relax en el que disfrutar de una buena cerveza artesanal. Nada más y nada menos es lo que propone este almacén de campo, en el que se pueden degustar además unos ricos sandwiches de campo acompañados de queso gouda, Holanda especiado, o ahumado.