
Tengo que depilarme, por ningún motivo particular salvo que tengo que hacerlo. Porque me toca, porque ya es hora, porque cruzar ciertos límites puede ser si no peligroso, seguro dolorosísimo. Era algo que tenía agendado para la semana, estaba ahí, anotado mentalmente en mi listita imaginaria junto con "comprar base de maquillaje nueva", "mandar cubre cama al lava tutti" y "pedir turno con dermatóloga antes de que llegue el sol". Es decir, no implicaba preparación para nada ni mucho menos. Sin embargo, ahora, siento que si voy es yeta, me arruina cualquier chance futura de nada. ¿Supersticiosa yo?
-Chica precavida vale por dos. Y depilada ni te cuento, me advierte Luz.
SEGUIR LEYENDO


Lanzamos Wellmess, el primer juego de cartas de OHLALÁ!: conocé cómo jugarlo
por Redacción OHLALÁ!

Gala del Met: los 15 looks más impactantes de la historia
por Romina Salusso

Kaizen: el método japonés que te ayuda a conseguir lo que te propongas
por Mariana Copland

Deco: una diseñadora nos cuenta cómo remodeló su casa de Manzanares
por Soledad Avaca Cuenca
