
No soportamos hacer cola, menos para poder entrar a un restaurante pero, ¿por qué será que si un lugar está lleno, con gente esperando afuera y otro con sólo dos mesas ocupadas preferimos el lleno?
¿Pensamos que se come mejor? ¿Que la comida es más fresca porque lleva mucha gente y se renueva permanentemente? Es una excelente estrategia de marketing: un
Restó
(como dicen ahora) al que le va más o menos, debería contratar unos extras que se amontonen para entrar y todos nosotros,
porteñitos basicones,
caeríamos en la trampa. Sólo se trata de una buena carnada...
SEGUIR LEYENDO


De guacamole a chile: glosario de picores de la comida mexicana

Cómo fue mudarse en familia a Sevilla: los imperdibles para recorrerla
por Connie Llompart Laigle

Receta en 10 minutos: frittata de brócoli
por Anita Ortuño

Irá a prisión. Por qué mirar The Dropout, la serie sobre Elizabeth Holmes
por Sole Venesio
