No hay nada como esa sensación de que encontraste tu perfume perfecto y, de alguna manera, ese aroma que te termina representando. Es que, más allá de si te gustan más dulces o más ácidos, si preferís las fragancias intensas o más livianas, o incluso de la forma de la botella o el packaging, lo importante es cómo reacciona tu piel a la fórmula de aromas que se convertirá en tu marca registrada.

En este contexto, el verano plantea sus propios desafíos, ya que las altísimas temperaturas hacen que no queramos aromas pesados o demasiado densos, sino, por el contrario, se buscan perfumes más ligeros, menos concentrados, que funcionen para el día a día y que transmitan una sensación de libertad, relax y... ¿hasta playita y pies en la arena?

Frente a la gran pregunta de cómo elegir la mejor fragancia para el verano, le preguntamos a Verónica Kato –perfumista exclusiva de Natura– cuáles eran sus mejores consejos: “Para el verano, las fragancias ligeras y refrescantes son las que más traducen el clima, como las notas acuáticas, cítricas y florales frescas. Proporcionarán una mayor sensación de frescor y alegrarán los días calurosos”, nos confiesa.

Pero –y cómo veníamos diciendo– un mismo perfume puede variar de una persona a otra: la humedad y la temperatura de la región también influyen en el aroma. “En las regiones más secas y calurosas, el perfume se evapora más rápido y la fragancia también cambia de fase más rápido que en las regiones más húmedas y frescas, que también son diferentes de las húmedas y calurosas”, nos aclara Vero.

Frente a esto surge la segunda pregunta clave: ¿cuál es el secreto para que la fragancia dure más tiempo? “Hidratar la piel y pulverizar ligeramente la fragancia (una última pulverización) sobre el pelo y la ropa, son materiales que no necesitan temperatura, lo que prolonga la duración del perfume durante más tiempo”, nos aconseja.