Florencia Freijo habló sobre cómo la historia de su abuela impactó en su mirada sobre el feminismo

"Mi abuela empezó a ser empleada doméstica a los 12 años. A los 12 años se tomaba el tren desde Mechongué y se iba a Mar del Plata o a Miramar para limpiar casas de familia. Así hasta los 18, 19 que ahí conoce a mi abuelo... sigue limpiando casas de familia para después pasar a las tareas domésticas, como esposa. Es la historia de muchas de nuestras abuelas y de nuestras tías, que era a lo único que podían aspirar. Dentro de eso, los mundos que construían para romper con esa ventana, con esa limitación. Muchas han podido, la hermana de ella puso un negocio de ropa, textil, que es una actividad muy común para quienes somos de Mar del Plata. Mi abuela pudo ayudarla por un tiempo mientras maternaba a mi mamá. Cuando ella me lo cuenta, fue muy interesante qué le había pasado con ese primer trabajo que ella termina dejando porque: 'Se me complicaba con las nenas'. Ese 'se me complicaba con las nenas' es algo que escucho en la mujer de hoy... esto que creemos del poder y la libertad, pero seguimos haciendo, lamentablemente, la mal llamada compatibilidad de tareas profesionales y personales que termina siempre representando una sobrecarga."

Flor Freijo.