Superluna azul: mirar el cielo como nuestros antepasados

Ustedes dirán que este malestar es por la crisis y yo voy a decir que sí, pero no es una crisis que sólo esté basada en la mala administración de la riqueza. Me atrevo a decir que es algo más, que no excluye lo anterior. Hace siglos que vivimos en un mundo sin alma. Y no es que a este mundo le falte magia, alma, corazón y belleza. No se trata de eso, pero cuando nació esta forma de producir comenzó un proceso de desencantamiento del mundo.

Hasta ese momento, todo estaba atravesado por fuerzas mágicas y misteriosas, los rituales organizaban nuestras experiencias vitales y los seres humanos se sabían parte de la Naturaleza y el Cosmos. Los animales eran nuestros hermanos. Ese proceso de desencantamiento del mundo tuvo como objetivo convertir a absolutamente todo lo que existe en este planeta, incluyendo a los seres humanos, en máquinas de producir.

Entonces, amiga, esa angustia existencial, esa ansiedad que viene de tristezas muy profundas que no llegamos a elaborar, esa pasión por el drama y la toxicidad, la necesidad constante de tener estímulos para soportar el vacío, viene de una desconexión del animal que somos, de los otros animales, los árboles, las montañas, los ríos y las lagunas, del Cielo y las Estrellas.

Mirar el Cielo es algo que los humanos hicieron siempre. Miraron el Cielo en tiempos de paz y alegría, pero sobre todo, en tiempos de incertidumbre y caos. Entonces, si me lo preguntas a mí, abrí la ventana, subí a la terraza o salí al balcón y mirá la Luna. Un momento de silencio y que la luz de la Luna te diga hacia dónde.