Cuidado de la piel: esta es la razón de por qué la hidratación es clave

Para empezar, suele tener una textura más tersa y se destaca por su brillo natural. Además, si se la combina con el uso del protector solar, previene la aparición de arrugas y disimula las existentes. Al contrario, cuando la hidratación no es suficiente, se la ve apagada y es más susceptible al enrojecimiento y la descamación. Pero el impacto no se limita a lo estético, esto también puede producir picazón en el cuerpo y rostro. 

 

Ahora que ya sabemos cuáles son los beneficios, la próxima pregunta es: ¿cómo elegir los productos más adecuados para nuestras rutinas? La verdad es que no existe una única respuesta. En el mercado hay muchas opciones que van desde las cremas de distintas texturas hasta todo tipos de serums y mascarillas. Antes de comprar está bueno mirar qué componentes incluyen. El ácido hialurónico es la estrella indiscutida de la hidratación, junto con la urea, el ácido láctico, la gluconolactona, el pantenol y la glicerina.

Otra cosa a tener en cuenta es que cada tipo de piel tiene necesidades diferentes. Para las pieles secas o maduras, las cremas y emulsiones con urea son aliados ideales para una hidratación profunda. Por otro lado, las pieles grasas o propensas al acné se benefician con texturas más ligeras como serums, geles o emulsiones que brindan una hidratación equilibrada sin obstruir los poros. En pieles sensibles se recomienda elegir componentes como la gluconolactona, el ácido láctico y el hialurónico porque, al tener estos compuestos naturalmente en el cuerpo, no suelen causar reacciones no deseadas.

Ojo, es importante que el producto esté formulado para la parte específica del cuerpo donde lo querés aplicar. Usar una crema corporal muy hidratante en el rostro, por ejemplo, podría provocar la aparición de granitos.

Para cerrar, está bueno recordar que ningún producto hace milagros. Para que la piel esté hidratada hace falta seguir una serie de hábitos saludables. Consumir suficiente agua, comer balanceado, descansar, evitar el tabaco y el exceso de alcohol. Además, no podemos subestimar el poder del protector solar. No solo protege la piel de los rayos UV, sino que también conserva su hidratación natural. En pocas palabras, cuidarse por dentro y por fuera es clave para tener una piel radiante y sana.

Experta consultada: dermatóloga Lorena Beekhuis