Vitamina C: estos son los verdaderos beneficios del ingrediente estrella de la cosmética

Aplicada directamente sobre la piel, aporta glow y es ideal para pieles cansadas y opacas. Además, los tratamientos cosméticos con vitamina C son útiles para unificar el tono de la piel, atenuar líneas de expresión, aumentar la elasticidad y mejorar la firmeza porque actúa en la síntesis de colágeno y elastina, prevenir el fotoenvejecimiento y despigmentar. 
La vitamina C es una aliada antioxidante, regeneradora, hidratante e iluminadora para todo tipo de piel, salvo aquellas con patologías, como rosácea o acné, que deben analizarse específicamente.

Las alternativas para incorporar vitamina C a través de la piel son muy variadas. La primera y más concentrada son las ampollas, que se suelen aplicar después de preparar la piel, y también muchas veces en el marco de un tratamiento o ritual, complementadas con otras herramientas. Les siguen los sérums, que, en muchas ocasiones, se utilizan para el contorno de ojos. Combinados con, por ejemplo, vitamina E, los sérums son ideales para iluminar la mirada y “aliviar” el aspecto de ojeras. 

La vitamina C actúa como antioxidante frente a factores externos e internos y está involucrada en la mejora del sistema inmunitario. Interviene en la producción de glóbulos blancos (conocidos como linfocitos y fagocitos), que actúan ante las posibles infecciones del organismo. Además, hay estudios que relacionan la ingesta de suplementos de vitamina C con la reducción de los niveles de ansiedad y la prevención moderada de la posibilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares. 

Dado que la vitamina C no puede ser sintetizada por el propio organismo, debe obtenerse mediante la alimentación o por vía tópica. En cuanto a cómo incorporar vitamina C a través de la alimentación, las mejores alternativas son: las verduras de hojas verdes, los pimientos rojos, el brócoli, frutas como el kiwi, la frutilla o el melón, los tomates y los cítricos (naranja o pomelo).

La recomendación diaria de vitamina C es de 75 mg para mujeres, 90 mg para hombres y 120 mg para mujeres embarazadas. Cumplir las recomendaciones diarias es muy sencillo siempre y cuando se tenga una alimentación saludable con consumo de frutas y verduras a diario. Por ejemplo: una naranja chica tiene 75 mg, la recomendación diaria para las mujeres, mientras que un kiwi chico tiene 138 mg.

Si por algún motivo no podemos consumir frutas y verduras, existen diversos suplementos que nos ayudan a cubrir la dosis diaria, como las “gomitas” (una por día aporta 80 mg de vitamina C), comprimidos masticables (que aportan 60 mg, pero son desaconsejados en personas con hipertensión, al igual que las pastillas efervescentes) y suplementos en polvo, que aportan 1 g de vitamina C, sin azúcares agregados ni sodio.