Departamentos pequeños: qué tipo de iluminación elegir para ampliar los espacios

Si tu departamento tiene ventanas, ¡aprovéchalas al máximo! Evitá cortinas pesadas y optá por telas livianas, como lino o voile, que permitan el paso de la luz. Cuanto más natural sea la iluminación, más se diluyen los límites del espacio.

La luz se potencia cuando rebota. Pintar paredes y techos en tonos claros (blanco, beige, gris suave) y sumar muebles con acabados brillantes o espejos ayuda a que la luz se distribuya mejor. Esto genera una sensación de amplitud inmediata.

En ambientes pequeños, una sola lámpara central puede crear sombras y hacer que el espacio se vea más reducido. Lo ideal es instalar luces empotradas o plafones que distribuyan la luz de manera homogénea. Si el techo es bajo, evitá arañas voluminosas.

Para evitar rincones oscuros, sumá iluminación puntual: lámparas de pie en esquinas, apliques en paredes y tiras LED en estantes o detrás del televisor. Estas capas de luz generan profundidad y hacen que el espacio se perciba más dinámico.

Las luces cálidas (entre 2700K y 3000K) aportan confort, pero si son muy amarillas pueden achicar visualmente el ambiente. Una buena opción es elegir tonos neutros (alrededor de 3500K), que equilibran calidez y claridad.

Si una zona está muy iluminada y otra queda oscura, el ojo percibe límites marcados. Lo ideal es mantener una iluminación equilibrada en todo el espacio para que se vea más continuo y amplio.