La casa de Lily Collins en Los Ángeles: artesanal, romántica y atemporal

Lejos del bullicio de Hollywood, esta residencia respira intimidad, naturaleza y una profunda conexión con lo artesanal. La casa de Lily Collins es una construcción del año 1947, perteneciente al programa Case Study House, un experimento residencial de modelos de viviendas baratas durante la posguerra, destinado para los millones de soldados que regresaban del frente.

Se la compraron en 2021 a otra actriz, Kristen Wiig. Lily y su marido la remodelaron con la colaboración de la firma Pierce & Ward, el dúo de diseño de interiores formado por Louisa Pierce y Emily Ward, reconocidas por su enfoque ecléctico y sofisticado.

La máxima de Lily para darle forma a su nuevo hogar fue respetar el legado arquitectónico e histórico del lugar, dándole un nuevo lenguaje alineado con su amor por la estética escandinava. Como resultado, obtuvo una casa donde destaca una armonía impecable entre lo rústico y lo femenino, lo funcional y lo artístico.

Cuenta con tres dormitorios, dos baños y medio y una casa de huéspedes independiente. Lo artesanal se percibe en cada rincón, con abundancia de texturas naturales: maderas macizas, textiles bordados y objetos recuperados de mercados vintage y viajes personales.

"Nos inclinamos por la madera (roble blanco y nogal), la piedra natural y los azulejos de cerámica californianos para revitalizar los interiores", explica en su cuenta de Instagram la arquitecta Emily Ward. La cocina es uno de los mejores ejemplos de esta apuesta por lo artesanal: con gabinetes de madera, mesada banca y azulejos en tonos grises, logra una atmósfera de calidez auténtica.

No hay nada exagerado o recargado en la decoración, la casa de Lily Collins tiene un encanto romántico que aparece en pequeños gestos como la constante presencia de flores. Es un romanticismo sutil, alejado del cliché, más cerca de la nostalgia que del artificio.

El dormitorio principal transmite serenidad con lámparas colgantes de diseño, el arte colgado con criterio personal y la luz filtrada por las ventanas.

La estrella de la casa es el gran espacio abierto en donde el living y el comedor solo se separan por una inmensa chimenea, donde los grandes ventanales logran una conexión fluida entre el interior y el exterior.

Como ya dijimos, Lily Collins ama lo escandinavo, tanto que se acaba de mudar a Copenhague. Por tal motivo esta alucinante casa en Pasadena, Los Ángeles, ya está lista para cambiar de dueños y pasar a manos de quien pueda pagar los 6.13 millones de dólares en los que está valuada.