Tendencias en cocinas: cómo ambientarlas con onda

El espacio que presentó Talleres Sustentables (@talleressustentables) junto con la diseñadora de interiores Dulce Cattaneo (@dulcecattaneo) y la estilista Carina Michelli (@carina.michelli) es bien actual, pero con el espíritu de las cocinas de antes. Como generadora de sabores y encuentros, tiene una gran superficie de trabajo y un mesón macizo con tapa ovalada que genera un rincón para el disfrute.

Con la madera como gran protagonista, crea sensaciones de continuidad y amplitud. En cada rincón tiene detalles para no perderse, como la pared revestida en madera de kiri varillado que le da un toque personal. Tiene, además, mucho espacio de guardado en el bajo mesada y estantes a lo alto para exhibir cosas lindas. 
El tapizado de las sillas es delicado y eleva la propuesta. 

Ïdei Arquitectura (@ideiarquitectura) priorizó el diseño con un diálogo de curvas y una paleta que envuelve. El punto focal es el arco con luz que regala tendencia, hecho en dexton, un material que se repite en la mesada y en la isla que divide el ambiente, como parte de la distribución abierta e integrada. Tiene bordes redondeados –para seguir con la línea del diseño– y suma unas banquetas de petiribí con asiento esterillado (@mariniestudio) que marcan el límite.

Sobre la isla, una escena cotidiana copia formas y colores con un individual en seagrass (@livingsnet), un juego de vajilla (@espaciopiramide) y una ensalada thai de la cocinera Paula Chernoff (@_paucher_). El rosa viejo se usó incluso en el cielo raso. “La idea fue generar una sensación de monocromo”, explican las arquitectas Camila Castillo y Joy Zimmerman, creadoras del estudio. Como detalles hit: luminarias colgantes (@huupiluminacion) y grifería negra (@fv_griferia).  

Así es la propuesta de Paula Timpani, de Casa María Paula (@casamariapaula): sentirse cómoda, en casa, con esos colores que traen paz, que invitan a sentarse a la mesa para saborear algo rico con una vajilla hecha a mano, que habla de lo artesanal, de la tierra. “Para diseñarla –cuenta–, nos inspiramos en nuestros orígenes. Buscamos crear un espacio conectado con lo natural”. Por eso, tiene colores neutros, objetos artesanales y materiales nobles y resistentes, como la madera y el dexton.

En cuanto a la estructura central, dejó de lado el típico mueble de cocina y apostó a nichos de guardado y un estante en altura, para que todo quede a la vista. Del otro lado, se complementa con un comedor circular con caminos de mesa de red de yute y de gasa (@giondeco) y vajilla artesanal. La iluminación es protagonista con una lámpara colgante de fibras naturales y una pieza de cerámica, hecha a mano, escama por escama (@thiarak). La idea: volver a las raíces. 

Estudio Trama (@trama.arq) apostó al color con una idea clara: transmitir alegría y generar sensaciones de unidad y continuidad. Para casi todo se usaron venecitas en un verde vibrante, por ser un material versátil e impermeable, que no absorbe manchas de grasa ni alimentos. “Nos divirtió llevar su uso al extremo”, cuentan Andrea Real y Amy Martelli, creadoras del estudio. Así, revistieron paredes, mesada, alzada, piso y techo de verde. Un color que logró un monocromo perfecto entre los distintos materiales, porque también laquearon las puertas de MDF para lograr una terminación lisa, que juega con la cuadrícula de la venecita.

De este modo, la idea de Trama rompe con la idea de la cocina blanca de laboratorio y apuesta al color sin miedo. Sobre la mesada, frutas tropicales y cupcakes hechos por las manos de David Mamani, de House of Cupcakes (@houseofcapcakesargentina). De fondo, unas macetitas se mimetizan con el verde: ¡esta es una cocina que pide vegetación!