Mi otra yo, el furor de Netflix: qué opinan de la serie los expertos en constelaciones familiares

A veces pienso qué pensaría Bert Hellinger si pudiera sentarse a ver Netflix y maratonear esta serie. Porque lo nombran en algunas oportunidades durante los diálogos de la serie. Que lo nombren, creo que a él le daría igual. Porque nunca le importó mucho lo que decían de él. Quizás habría que preguntarle a su mujer Sophie o a sus amigos. Ellos dicen que era un hombre con gran sentido del humor, pero me cuesta mucho imaginarlo sentado frente a un televisor.

En "Mi otra yo" lo nombran a Bert Hellinger en dos oportunidades: en una, el facilitador Zaman dice haberlo conocido, luego de una búsqueda personal por distintas filosofías y culturas, hasta que llegó a los seminarios de Hellinger y quedó deslumbrado por las constelaciones. Si nos preguntás a los facilitadores, a la mayoría nos sucedió lo mismo. Es una herramienta que si resonás con ella, te enamora. En la segunda oportunidad, citan una frase de él durante la serie. Pero ya lo sabemos: tampoco es un documental sobre Constelaciones Familiares, ni una biopic sobre su vida.

¿Le hace justicia la serie a las constelaciones familiares o se les escapa algo al contar cómo es el proceso? Mirando la serie, siento que no se les escapa nada, por la simple razón de que la serie no pretende contarle al mundo qué son las Constelaciones Familiares. Es lo que eligieron contar y cómo deciden mostrarlo, utilizando al máximo todos los recursos audiovisuales con los que cuentan. Eso atrapa al espectador, sin dudas. Y si nunca fuiste a un taller de Constelaciones, es probable que quieras saber de qué se trata. Cuando una serie se vuelve tan popular, despierta intereses, pasiones, así como también críticas. Es natural que eso suceda. Eso también es propio de los seres humanos.

Yo creo que "Mi Otra Yo" ha permitido que muchas personas en todo el mundo conozcan que hay algo llamado Constelaciones Familiares y que a muchas personas les ha servido como herramienta para sus procesos personales. El asunto es que para quienes no distingan entre una serie y la vida real, eso puede frustrarlos. Pero eso no es culpa de la serie, eso tiene que ver con las expectativas que cada uno construye, con la serie o sin ella. Mientras más grande la expectativa, mayor la frustración.

Pero existe algo indudable: mucha gente llega a las Constelaciones Familiares luego de haber visto la serie. Eso es algo que hablamos mucho con algunos colegas. Tras el estreno de la primera temporada, llegaron muchas personas interesadas en conocer la herramienta. Algunos con mayor predisposición y apertura, y otros a buscar soluciones exprés a sus problemas. En general, a los primeros les va bien y a los segundos no tanto. Pero eso sucede en otras disciplinas también. Nos frustramos cuando hacemos una dieta que no da los resultados esperados, o cuando un tratamiento médico no funciona. El asunto no es tanto el resultado en el trabajo con Constelaciones, sino el proceso.

Sin embargo, hay algo interesante que plantea la serie sobre la ciencia y la espiritualidad, que es un debate que existe hoy en día con aquellas disciplinas o herramientas nuevas que aparecen. A lo largo de toda la historia, cuando surge algo que pone en jaque el status quo existente, se lo percibe como una amenaza. Luego, con el tiempo, algunas pierden fuerza y otras se quedan para siempre. Veremos que sucede con las Constelaciones. Sí es cierto que el gran legado de Bert Hellinger tiene que ver con un inmenso recorrido de experimentación e investigación a lo largo de toda su vida, por distintas herramientas, terapias y filosofías que lo llevaron a concluir que existen ciertas leyes universales que rigen las relaciones humanas, a las cuales llamó "Órdenes del amor". Gracias a su humildad dijo en su autobiografía que él no descubrió las constelaciones, que ellas ya estaban ahí, solamente que nadie podía explicar lo que sucedía en las terapias familiares a las que asistía y él decidió averiguarlo. 

Como espectadores de series y películas, creo que todo puede estar atravesado por una mirada sistémica. Yo no puedo ver la vida de otro modo, veo cómo se cruzan los personajes e inmediatamente pienso en sus padres, sus asuntos pendientes y en cómo llegaron hasta ahí. A veces, eso se cuenta en una película y otras veces queda en mi cabeza como una hipótesis. Por ejemplo, la película Goyo, también recientemente estrenada en Netflix y protagonizada por Nico Furtado y Nancy Dupláa me pareció una película humana con una invitación a la inclusión, que es muy propia de las Constelaciones Familiares. Cuando la ves, hay un momento en que sorteás la mente y empezás a mirarla con el corazón. A todos los personajes. Es posible dejar de juzgar y ver a todos con amor. Ves el amor en todo y en todos. Eso es incluir para mí, mirar con el corazón. Y desde ese lugar hago mi trabajo cuando alguien viene a constelar. Solo en esa sintonía es posible ofrecer una ayuda.