Equinoccio de primavera: rituales para soltar lo viejo

Encendé la vela y, con ella, prendé palo santo. Si no tenés, que sea algún sahumerio que te guste (recordá que salvia y lavanda son muy buenas para atraer las buenas energías). Si hay imágenes religiosas que te gusten, te den paz o te hayan traído buena fortuna y querés que te acompañen, sumalas. Todo lo que nos haga bien siempre es bienvenido. Lo mismo con la música, mientras no te distraiga de tu propósito.

Tomá el papel y escribí todo lo que quieras dejar ir: “Yo (tu nombre), decreto que suelto y dejo ir a…”. A continuación, escribí todo lo que ya no quieras más en tu vida, si podés agregá el porqué (ejemplo: porque no me hace bien, ya no soy feliz en ese trabajo, no lo necesito más en mi vida, etc.).

Perdoná y perdonate si lo sentís necesario. Cuando hayas escrito todo lo que dejas ir, escribí abajo: “Que así sea y así es, hecho está. Gracias, gracias, gracias”.

Leéla en voz alta y cuando termines quemala. Si podés echar las cenizas a la tierra o a una maceta mejor. Y si podés tomarte unos minutos para meditar con el palo santo y la vela prendida, también. Durante la meditación intencioná todo lo nuevo que querés que llegue a tu vida.

Es un ritual que sirve para hacerlo cada vez que quieras cerrar un ciclo o si te quedaron cosas por decirle a una persona y ya no podés hacerlo. Si lo hacés en otro momento del año, mucho mejor si esperás a la luna llena: dicen que es el mejor momento para el cierre de etapas.

Que este nuevo comienzo nos encuentre sin viejas cargas y con los brazos abiertos para recibir todo lo nuevo que nos espera. Feliz primavera.