Jane Fonda: esta fue su influencia en la creación de vestuario de una exitosa serie

¿Cómo es trabajar con una década tan icónica como los 80?

Ernesto Martíez: mi proceso arrancó un poco cuando ví la primera temporada e, inevitablemente, pensé en Jane Fonda. Así que la tuve siempre a ella como una figura central en la creación de los vestuarios y principal influencia. Como la gran mayoría de las piezas que ves en la ficción fueron hechas a mano -teníamos un grupo enorme de costureras-, eso nos ayudó a que el fitting sea más sencillo, algo clave cuando pensás que usamos mucho spandex. Para mí fue súper importante representar los 70 y los 80 de manera responsable.

Creo que todos pensamos en Jane Fonda cuando miramos esta serie. ¿Eso sentís que eso te puso un desafío particular o, al contrario, una oportunidad?

Ernesto Martíez: yo creo que todo eso es la parte más divertida de hacer este trabajo, ¿no? Enfrentarse a los problemas; para mí esa es la mejor parte. Tuvimos que encontrar telas en particular. Tuvimos que teñirlas para tener esos colores vibrantes... imaginate que yo, en mis diseños, uso muchísimo blanco y esto era irme a otra paleta completamente diferente. ¡Imaginate que hasta los trajes que Rose usa están hechos para la serie! Casi no se encuentran piezas de los 80 que podamos reutilizar.

¿Y cómo armaron ese guardarropas? ¿Son todas piezas hechas o algo que sí lograste rescatar?

Ernesto Martíez: hay algunas piezas muy especiales, de diseñadores, que sí logramos encontrar y rescatar.

La ropa habla mucho de los personajes, ¿cuáles sentís que son los elementos, texturas o hasta colores que definen a Sheila Rubin?

Ernesto Martíez: Sheila tiene esta epifanía que arranca en la primera temporada y llega hasta la tercera, ¿no? Así que buscamos que siempre tuviese un look súper profesional, y en esta entrega vas a ver cómo su estilismo cambia muchísimo. Un giro de 180°.  Lo que la identificaba era su outfit sporty pero ahora la vemos como una mujer de negocios; definitivamente no es la mujer que conocimos en el primer episodio de la ficción.

Cuando pienso en este personaje yo veo tres momentos claves: en los 70 cuando era más joven y su etapa hippie, en los 80 cuando la conocemos como una ama de casa y después como esta emprendedora. ¿Cómo es acompañar ese proceso y crecimiento de Sheila?

Ernesto Martíez: es gracioso que lo menciones porque cuando dibujé su transición, no quería que sea muy cruda pero sí algo dramática. Así que, por ejemplo, una de las decisiones que tomé es que el personaje dejara de usar denim. También dejó de usar rayas o telas que fueran demasiado brillosas. Todo eso permitió construir su perfil más elegante y pulido.

¿Sentís que podrías elegir un elemento o pieza de ropa que es Sheila al 100%?

Ernesto Martíez: definitivamente debería haber algo de spandex en ese perchero, pero si tengo que elegir mi cosa favorita es el vestido amarillo que usó en la segunda temporada. Esa es Sheila al 100%.