Fito Paéz en el Movistar Arena: El amor después del amor 30 años después
Los 30 le sentaron perfectos a uno de los discos emblemáticos del músico rosarino.
21 de septiembre de 2022 • 11:31
Fito Páez - Créditos: Getty
Nunca sabremos si hace 30 años cuando compuso El amor después del amor, Fito Páez pudo suponer que sería uno de los discos que marcó para siempre la vida de muchas personas.
No solo los que fueron adolescentes al principio de los 90: los que apenas eran niños, los jóvenes que vinieron después, los que se encontraron con él recién ahora.
Fito Páez - Créditos: Rodrigo Alonso
El amor después del amor fue mucho más que un puñado de 14 canciones perfectas. Fue y sigue siendo un hito en la historia de la música: una obra con principio, desenlace y final, una obra que reunió a Charly, Spinetta, Calamaro, Fabi Cantilo, Celeste Carballo, Mercedes Sosa, Claudia Puyó y la lista sigue.
Por eso no es sorpresa que los 30 años de historia que llevan recorridos los himnos de El amor después del amor sean celebrados por miles de personas que quieren revivir aquel concierto de Vélez del ´93, o quizás escucharlo por primera vez. Todo vale, todos están invitados: es una fiesta.
Fito Páez: una cuestión de actitud
Por supuesto que la lista de temas no fue una incógnita: Fito Páez tocó el disco completo y la banda entera deslumbró a un estadio en el que no entraba ni un alfiler. Los arreglos de vientos fueron un regalo para todos. Emme Vitale se lució con su tremenda voz e hizo dupla en los momentos en los que la hermosa Fabi subió como invitada. Y él, al piano, sigue dando una clase magistral: este concierto llevó meses y meses de ensayos, de correcciones y de trabajo.
Fito Páez - Créditos: Rodrigo Alonso
El amor después del amor: lágrimas de emoción
Momentos emocionantes fueron todos, porque la sensación de revival era general y los buzos y remeras giraban como en las viejas épocas de los recitales. Las ganas con las que el público cantó ponía por momentos la piel de gallina. Pero, sin dudas, hubo dos instancias que mostraron, literalmente, al amor después del amor: la primera fue cuando el caballero al piano le cantó a Fabi Cantilo, una de sus primeras conquistas, aquellas canciones del disco que la tuvieron como destinataria; la segunda, fue la dedicatoria con la que miró a los ojos a una Cecilia Roth que desde el público lo miraba todavía deslumbrada, como quien ama muchísimo a quien amó. A ella le regaló una versión divina de Un vestido y un amor y los aplausos sobraron para la musa inspiradora del álbum.
Quedan muchísimos conciertos de celebración por delante y después de lo que vimos anoche esto solo puede volverse mejor. Como el disco, al que este cumpleaños le sentó perfecto.