La isla del sol: Caimán

Por Paula Teller

El destino nos llamó la atención de entrada: la mitología popular siempre habló de las Islas Caimán como un paraíso fiscal, la fantasía de llegar y encontrar una hilera larga de bancos, y la posibilidad de hacer shopping barato. Pero después de haber estado ahí, podemos decir que ni una cosa ni la otra. Bancos, casi no hay, y el shopping quedó descartado ante los precios altísimos. Lo que sí encontramos, en cambio, fueron hermosas playas de arena blanca y mar turquesa, naturaleza exuberante y una variedad de actividades para hacer, además de relajarnos al sol cual iguanas caribeñas. En el trayecto del aeropuerto al hotel, además, nos contaron por qué la isla es libre de impuestos: resulta que a fines de 1700 se hundieron unos barcos ingleses frente a sus costas y, gracias a la ayuda de los isleños nativos, no murió ni un solo inglés. En agradecimiento, el rey Jorge III liberó a los ciudadanos de pagar impuestos de por vida. Esta anécdota ya nos conectó con el lugar de otra manera. El origen solidario de la normativa nos hizo sentir que estábamos en un lugar amigable. Las islas son tres: Gran Caimán, donde está la capital, George Town; Caimán Brac y Pequeño Caimán. Se habla inglés porque es territorio británico de ultramar y, dato a tener en cuenta, manejan del lado derecho como los ingleses. Podés complementar las horas de sol con excursiones imperdibles. Tomá nota:

Es la excursión estrella de las islas. ¿En qué consiste? Hay que sumergirse en el mar entre decenas de rayas venenosas. Aunque al principio da más miedo que placer (¿todas las rayas estarían avisadas de que no debían atacarnos?), alcanza con estar en el agua, provistas de máscaras y patas de rana (¡por si hay que huir rápidamente!) para disfrutar muchísimo nadando entre estos animalitos con cara de fantasmas.

La excursión sigue con dos paradas para hacer snorkel entre peces de distintos tamaños y colores. Una experiencia inigualable en la que la vista se recrea con imágenes hermosas en el más absoluto silencio. Caimán está rodeada de arrecifes de coral, y por eso, tener máscara con snorkel y patas de rana es básico para bucear, no sólo en esta excursión, sino en cada rato libre en cualquier lugar de la isla.

Más info: www.caymanluxurycharters.com

Mucho más amigables son las tortugas verdes, muy numerosas en toda la costa de Caimán. De hecho, apenas llegó, Colón bautizó a las islas "Tortuga". Para conocer todo sobre ellas y pasar un día relajado y divertido, nada como esta chacra. Se puede nadar en piscinas entre tortugas y peces, disfrutar del parque de agua con sus toboganes, aprender mucho sobre estos animales, alimentar a las crías y también... degustarlas. Sí, para nosotras suena un poco raro y hasta impresionante esta experiencia, pero bueno, parece que hay gente que lo disfruta.

Cruzando la ruta está el Dolphin Discovery con la posibilidad de ver el espectáculo de delfines y jugar con ellos: son de lo más simpáticos.

Más info: www.turtle.ky

Si todavía seguís con ganas de ver las profundidades del mar desde otra perspectiva, podés hacer un viaje en submarino. Superando la primera sensación de claustrofobia que se siente al subir al Nautilus, se disfruta viendo a través de las ventanitas tantas distintas especies. Un guía ofrece una explicación sobre el mundo marino, pero eso sí: tenés que hablar inglés para no perderte nada de su explicación. Entre otras cosas, él explica que en las profundidades del mar vemos todo azulado ya que las moléculas de agua absorben las longitudes de onda roja, naranja y amarilla, lo que provoca que no podamos ver estos colores y, en cambio, veamos todo teñido de azul y violeta. ¿Tenías ese dato? Por eso el universo marino fotografiado con equipos profesionales tiene unos colores que no se aprecian directamente con el ojo humano.

Hay distintas opciones de paseos submarinos, pero al subir a la superficie y volver a ver el cielo, lo primero que vas a desear es... ¡una buena zambullida en el agua!

Más info: www.nautilus.ky

Si la idea es descansar un poco del mar y la arena, te recomendamos un paseo por el Parque Botánico de Caimán. Un consejo: no vayas al mediodía (el calor es agobiante) y llevá repelente de insectos. Ahí circulan otros animalitos típicos de las islas, como las iguanas, que no son caimanes, pero las hay de distintos tipos. La iguana azul es una especie protegida y gracias a esto aumentó considerablemente su cantidad. También se ven las verdes, de distintos tamaños. Pero, sobre todo, el botánico es un hermoso paseo para disfrutar de la vegetación, que es variadísima y llena de especies desconocidas para nosotras. Según la época del año en que viajes, vas a ver flores de todas las formas y colores. Los espejos de agua llenos de nenúfares, divinos, invitan a un descanso a la sombra.

Más info: www.botanic-park.ky

Todo esto es Caimán : un destino original en pleno Caribe, una especie de The Truman Show donde se puede disfrutar cada día de una nueva puesta de sol en un marco escenográfico, donde cada cosa parece estar en su lugar y todo ocurre en el momento indicado