
Mujer Maravilla: ¿te sentís representada por este personaje?
La nombraron embajadora del empoderamiento femenino y se armó la polémica; algunos la bancan y otros la critican. ¿De qué lado estás?
9 de marzo de 2017 • 00:50


Desde hace algunos meses, el personaje de la Mujer Maravilla unió brazaletes, empezó a girar y encendió la polémica. Es que el 21 de octubre de 2016 fue nombrada embajadora honoraria de la ONU para el empoderamiento de mujeres y niñas en un evento en la ciudad de Nueva York. La idea era lanzar una campaña que duraría todo 2017 con especial énfasis en lograr conciencia sobre la igualdad de género. Parecía un acierto marketinero de la Organización de las Naciones Unidas, pero no, la decisión encendió protestas por todos lados.
Hasta un grupo de miembros de la misma ONU creó una petición para reconsiderar la elección de la superheroína. “A pesar de que los creadores originales pudieron haber deseado que representara una mujer guerrera, fuerte e independiente con un mensaje feminista, la realidad es que se trata de una mujer blanca, tetona, de proporciones imposibles, ligera de ropas, con un traje que resalta sus muslos y que tiene la bandera de EE. UU. y botas altas: es el paradigma de la chica pin-up”, decía el petitorio. ¿El resultado? En diciembre se anunció que la campaña fue cancelada y los fans salieron a defender la fuerza del ícono. En medio del debate, averiguamos su verdadera historia.
Un costado sado
Una cinturita minúscula, un avión invisible. Giros y más giros sin perder el equilibrio. Su lazo y un delicado y sutil poder son los atributos más clásicos de la Mujer Maravilla. Pero ¿cuándo nació este personaje? Fue creada en 1941 durante la llamada Era de Oro de los cómics (1938-1950), y en esa época era funcional, como tantos otros superhéroes, a capitalizar el espíritu patriótico de la época de guerra. El tema es que su creador, William Moulton Marston, era un vanguardista en muchos aspectos y se dio cuenta de que las niñas necesitaban mujeres que les sirvieran de inspiración.
Lo colorido es que, además de ser innovador con la idea, también lo era en su vida privada. Él estaba en una relación poliamorosa con dos mujeres –una de ellas fue quien inspiró el personaje– y creía que el mundo sería mejor si estuviera controlado por mujeres y no por hombres. De hecho, ubicaba a los varones en un rol de sumisión en sus historietas. Y la palabra “sumisión” no está elegida al azar; hay rumores de que a la Mujer Maravilla le gustaba el sexo osado, ya que su creador tenía interés en lo que hoy conocemos como BDSM (bondage y disciplina; dominación y sumisión; sadismo y masoquismo). En las primeras versiones del cómic, Diana terminaba siempre atada o ella ataba al villano, pero después el autor se copó con el bondage y llegó a un punto de casi porno soft.
¿Poderosa?
Pero cuando la guerra terminó, todo cambió y, al igual que las mujeres de los países de posguerra, la Mujer Maravilla fue mandada de vuelta “a la cocina”: todas las tramas se basaron en el romance con Steve Trevor o historias de fantasía más parecidas a los cuentos de hadas que a la ya amada mujer empoderada. Las ventas se desplomaron.
Pero esas no fueron las únicas modificaciones. A fines de los 60, le quitaron los poderes y su icónico traje al personaje y lo transformaron en lo que es en la actualidad. La presentaban como algo moderno porque tenía pantalones, pero le habían quitado todo el resto de su vanguardia.
En ese momento, Gloria Steinem, periodista y escritora ícono feminista estadounidense, lo denunció en su primer número de la revista Ms. con el título “Wonder Woman for President”. Tanto esto como el auge de la segunda ola del feminismo en Estados Unidos hicieron que la empresa volviera al personaje más tradicional durante los años 70.
Pero aun así, la historia del personaje no era muy ganchera y le faltaba pimienta, entonces, en 1985, el artista y escritor George Pérez volvió bien a las raíces de la mitología griega, le puso pizcas de feminismo y hasta dejó entrever la ambigüedad respecto de su vida sexual.
El ícono cuestionado
Hoy, la Mujer Maravilla vuelve a estar sobre el escenario, ponderada y cuestionada por el propio feminismo que encuentra en ella a un ícono de fortaleza, pero, a su vez, de la estereotipada belleza a la que el sistema nos tiene acostumbradas. Su lazo, su giro y sus brazos en la cintura ya son parte de un movimiento que, más allá de su aspecto físico, vio que nosotras también podemos salvar el mundo.
¿Es la Mujer Maravilla un personaje que represente a las mujeres del mundo? Para algunos miembros de la ONU y para muchos, por su figura delgada, blanca y de carita “perfecta”, no. Porque, según ese discurso, empodera mal, confunde a las nenas, les genera admiración y, a su vez, descontento con lo propio. Pero acá la pregunta es: ¿hay alguna figura de género femenino que represente a todas las mujeres? ¿Hay una sola definición de “mujer”?
Si bien para muchos la Mujer Maravilla no es ejemplo, para quienes entienden que nuestro género no es un impedimento sino, más bien, una fuente de poder y valentía, sí lo es. Para quienes creen que toda su trama no es solo una trama sino una forma de ver el mundo, también. Y seguro que el empuje y la flamante sensación de poder que se siente al conocerla por primera vez no quedan encasillados en una cintura de 35 centímetros sino en una contundente imagen que dice: “Mirá, varón, no solo no me tenés que salvar, sino que soy yo la que va a rescatarte”.
Al fin en el cine
DC hace películas de superhéroes desde los 70, pero nunca se animó a los personajes femeninos, aunque la Mujer Maravilla es uno de los más populares de la editorial. Por eso, cuando anunció que en 2017 estrenará la primera película con la Mujer Maravilla como protagonista fue una sorpresa para todos. En esta película solista recaen un montón de presiones: si es un éxito, va a ser un éxito para DC. Si es un fracaso, van a decir que un personaje mujer no puede “llevar” un tanque de Hollywood. Lo cierto es que, hoy más que nunca, por la película, por la ONU y por política editorial de DC, Wonder Woman es uno de sus personajes principales y probablemente el personaje femenino de ficción protagónico más famoso fuera de alguna princesa Disney.
Por Paula Giménez
Experto consultado: Gustavo Casals, Psicólogo experto en género. Jesús Nahuel Valle, Ilustrador. Nahuel Sagamaga, Ilustrador.
¿Qué pensás sobre esta polémica? Además te mostramos Boy power: hombres feministas
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