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¿Cómo organizar y decorar tu casa de acuerdo al Método MUMA?

Cómo apelar a los cinco sentidos para ambientar una casa multisensorial y generar espacios de energía positiva y bienestar


Qué es el método MUMA. Foto: Gustavo Sancricca

Qué es el método MUMA. Foto: Gustavo Sancricca



Nuestro cuerpo habla cuando entramos en un lugar. Son esas sensaciones que resultan difíciles de traducir, pero que se vuelven casi palpables, porque se sienten y se viven al instante. Si bien la atmósfera de un espacio no es tangible, hay algo en esa energía que nos invita a quedarnos o a sentir incomodidad. La arquitecta Mariel Murias creó el método MUMA, que tiene como propósito recuperar los cinco sentidos dentro de casa e incorporar distintos elementos de la naturaleza para vivir en armonía.
Su método se enfoca en tres fases de descubrimiento:
  1. 1

    Introspección: para conocernos a nosotras mismas dentro del espacio y descubrir qué nos conmueve.
  2. 2

    Interacción: para ver cómo interactuamos en los distintos ambientes. ¿Qué hábitos y acciones se dan en cada espacio?
  3. 3

    Incorporación: para crear nuevas sensaciones y transformarlas en herramientas de nuestro hogar. A través de la percepción sensorial, dice ella (¡y coincidimos!), podemos lograrlo.
El método MUMA propone potenciar los cinco sentidos. Foto: Gustavo Sancricca

El método MUMA propone potenciar los cinco sentidos. Foto: Gustavo Sancricca

Olfato

“La nariz es la puerta física a nuestro universo emocional”, asegura Mariel. Y es que los aromas nos conducen al camino de la memoria y pueden revivir recuerdos y llevarlos en imágenes a nuestra mente, como el olor a jazmín que quizá nos recuerda al jardín de nuestra infancia. “El aroma –continúa– puede darle una característica dinámica, sensible y emotiva a la arquitectura, permitiendo volver a la esencia de las cosas”.
Ella propone buscar ese perfume que nos haga sentir bien y llevarlo a nuestra casa, porque dejará huellas. ¿A través de qué? Plantas, flores, esencias naturales, velas aromáticas son. Además, son elementos visualmente atractivos que generan felicidad. Los secretos de las abuelas nunca fallan, como las bolsitas con lavanda o pétalos de rosas secas para los cajones o los difusores preparados con aceites naturales para aromatizar los ambientes. También, la cocina es creadora de aromas: guisos y horneadas dulces, sobre todo en esta época del año, regalan mucho más que sabor.

Tacto

Si al sillón de tu casa le sumás una manta suave, unos almohadones mullidos y el calor de la taza del café en tus manos, sin duda, la experiencia se intensificará. Porque de eso se trata: de generar espacios que nos hagan sentir bien, que aviven nuestros sentidos y nos lleven a desconectarnos. Por eso, es importante elegir materiales que, además de estéticos, sean agradables al tacto. ¿Algunos ejemplos? Los materiales naturales nos reconectan con la naturaleza y crean una sensación del momento presente y del disfrute del aquí y ahora. “Así –dice Mariel–, nos unimos con ese todo indivisible del cual a veces nos olvidamos de que formamos parte”.
Los muebles de madera o piedra nos acercan a ese vínculo con lo natural, así como las texturas como el lino, el algodón y la lana, que tiene, además, un efecto visual que invita a abrazar. Así, vamos sumando sentidos que nos llevan a la esencia del habitar.
Qué es el método MUMA. Foto: Gustavo Sancricca

Qué es el método MUMA. Foto: Gustavo Sancricca

Gusto

La cocina es la gran protagonista de este sentido que alegra, une y transporta. Son esas imágenes que reconfortan con un fueguito encendido, una mesa puesta o una peli que nos hace despejar. Porque es en esos encuentros que los sabores cobran protagonismo a través de una receta heredada, un buen delivery o un budín casero que acompaña a ese té humeante en una tarde de frío. Mariel propone despertar el sentido del gusto con una fuente llena de frutas en un rincón de la cocina o un bowl con caramelos en medio del sector social. ¡O chocolate!, que genera sensaciones de bienestar, estimula la producción de endorfinas y crea sentimientos de placer.
Hoy, existen aromatizadores que combinan fragancias que estimulan los sentidos, como las velas o difusores de café caramel o vainilla con canela. Tener una huerta en casa también es una opción que invita a cocinar y a disfrutar de sabores naturales.

Vista

Son nuestros ojos los que captan al instante si un espacio nos gusta o no, más allá de las tendencias. La primera información llega por los objetos y colores elegidos, y por la luz como elemento para generar climas. Hay veces que la orientación de la casa no es la ideal, pero hay recursos que ayudan, como las cortinas livianas, los colores claros, los muebles ligeros y el uso de los espejos, que atrapan la luz y la multiplican.
Para los casos en que la luz sea nula o escasa, las luces cálidas tienden a relajarnos y se recomiendan para dormitorios y zonas de descanso, mientras que la luz fría nos estimula y mantiene alertas, ideal para espacios de trabajo. Otra manera de lograr textura visual es generando luces y sombras: “El juego de opuestos realza zonas y deja otras en penumbra. Esto permite diferentes estados de intimidad, aportando riqueza visual y cierta sensación de misterio”, agrega Mariel.
Oído, olfato, vista, taco y gusto, el método MUMA busca generar estímulos para cada sentido. Foto: Gustavo Sancricca

Oído, olfato, vista, taco y gusto, el método MUMA busca generar estímulos para cada sentido. Foto: Gustavo Sancricca

Oído

Si ponemos nuestra playlist favorita al levantarnos, el día seguro que empezará distinto, porque la música tiene el don de estimular cambios positivos en nuestro estado de ánimo. Podemos usarla para estar bien arriba (¿qué onda bailarte unos temas cuando necesitás energía?), para bajar las revoluciones o simplemente como compañía de otras actividades. Pero el sonido no solo llega con la música. Los que traen mayores efectos positivos provienen de la naturaleza: el sonido del agua, el canto de los pájaros, las hojas de los árboles que se mueven con el viento, estimulan el cerebro, calman la monotonía auditiva y producen relajación.
Abrir las ventanas puede ser un gran regalo y, en la ciudad, escuchar el silencio. Si en tu casa hay mucho ruido exterior, podés sumar textiles, tejidos y alfombras para suavizar la acústica. Otra clave: las plantas también son una buena herramienta como aislante acústico

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