El arcoíris es un fenómeno óptico y meteorológico que aparece por la descomposición de la luz del Sol, que se produce por la refracción, es decir, por las gotas de lluvia (por este motivo lo vemos los días lluviosos). Este proceso hace que se genere en el cielo un arcoíris, destacándose los tonos rojo, naranja, amarillo, verde, añil, azul y violeta.

Sin embargo, en realidad el arcoíris posee más colores en su abanico, que el ojo humano es incapaz de percibir. Además de los siete colores que describen los estudios, en su interior el fenómeno cuenta con una gama mayor de tonos que – lamentablemente- no podemos apreciar.

Además de las condiciones de lluvia que detallamos, para que se cree un arcoíris el Sol tiene que estar ubicado en una posición clave: a menos de 42° por encima del horizonte.

Todos los 3 de abril, además de destacar la belleza de este fenómeno óptico que nunca deja de sorprendernos, se pretende ofrecer más información sobre este espectáculo meteorológico a la sociedad, que, si bien es conocido mundialmente, mucho no sabían de qué se trataba, cuáles son las condiciones necesarias para que se origine y cuántos colores – y más – posee en su bellísimo esplendor.