
Radiofrecuencia facial: para qué sirve
Con los años los tejidos faciales pueden se vuelven más flácidos: con esta técnica podés conseguir es un efecto similar al lifting (pero sin cirugía) devolviéndole firmeza a tu piel.
28 de agosto de 2022

Cuáles son los beneficios de la radiofrecuencia facial. - Créditos: Getty
Más allá del universo del skincare, los sérums y las cremas, la realidad es que el tiempo pasa y -por suerte- es algo inevitable. Con los años, la piel comienza a perder firmeza y encontramos un tratamiento que puede ayudarte a devolverle eso que perdió sin cirugías: la radiofrecuencia facial. Se trata de una técnica no invasiva, indolora y que en poco tiempo va a mostrarte cambios.
¿Qué beneficios aporta la radiofrecuencia?
La radiofrecuencia aplica ondas electromagnéticas a altas temperaturas: cuando la temperatura sube en los tejidos profundos, se estimulan las células encargadas de producir el colágeno y la elastina, al crear nuevas fibras, se consigue recuperar en cierta medida la firmeza y la elasticidad en la piel. En general se utiliza para tratar la frente, la zona debajo de los ojos, las mejillas, la línea de la mandíbula y el cuello, disminuyendo la flacidez, eliminando las arrugas finitas y mejorando el aspecto de las marcas de expresión. Además como ayuda a reducir la grasa, evita la aparición de acné.
¿Cómo es el tratamiento?
Primero van a aplicar en la zona a tratar un gel conductor de ondas electromagnéticas, y después con un aparatito (parecido al que usan en algunos tratamientos de depilación definitiva pero más chiquito) van a masajear elevando la temperatura de los tejidos más profundos. Si bien las temperaturas son altas, la sensación es placentera: vas a sentir apenas el calor. No duele y si tenés suerte hasta te podés dormir mientras te lo hacen.
¿Cada cuánto tengo que repetir el tratamiento?
Se recomienda realizar entre 6 y 8 sesiones que tienen que estar separadas por 21 días. La sesión dura entre 30 y 45 minutos
¿En quiénes se recomienda?
La radiofrecuencia está recomendada en quienes quieran mejorar el aspecto de la piel pero también sirve como tratamiento preventivo: entre los 30 y 35 años, cuando la cara empieza a mostrar estos cambios, podés probarlo y comenzar a trabajar sobre el colágeno existente y promoviendo su regeneración. Ojo: las pieles con rosaceas no son aptas para las temperaturas a las que trabaja la radiofrecuencia.
Experta Consultada: Mariana Ricciuti, cosmiatra en @myd.esteticaintegral.
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