Balcones chicos: 10 ideas baratas y fáciles de hacer para darles estilo

Los palets de madera son una buena opción para convertirlos en amplios sofás. Simplemente añadí algunos almohadones para crear tu zona de relax. Combiná con más madera y un poco de verde.

Una de las formas más rápidas y accesibles de cambiarle la cara a tu balcón es renovando el suelo. Las alfombras vinílicas son resistentes, fáciles de limpiar y vienen en infinidad de estampados. No requieren obra, las ponés en un abrir y cerrar de ojos y generan un impacto inmediato en el ambiente.

Si el espacio es pequeño, nada mejor que aprovechar hasta el último centímetro antes de llegar al techo. Estanterías en la pared añaden espacio de almacenamiento sin limitar el espacio para caminar y, si las hacés montando los cajones de frutas que podés pedir en la verdulería, encima no vas a gastar ni un peso en hacerlas.

¿Desperdiciar el espacio de la baranda? Ni ahí. La baranda puede transformarse en más que un límite: existen mesas rebatibles que se cuelgan de ella y se pliegan cuando no se usan, ideales para desayunar al sol sin ocupar demasiado lugar. También podés aprovecharla para colgar plantas o faroles.

Las plantas son hermosas, pero quitan espacio. Si las amás, podés optar por tenerlas dentro de casa, y que tu pequeño balcón respire verde con enredaderas en la pared y el techo.

Ok, querés plantas. Bueno, cuando el espacio es reducido, lo mejor es mirar hacia arriba. Colgá macetas del techo, instalá una jardinera vertical o usá estantes flotantes para acomodar tus plantas. Así liberás el piso y sumás verde sin quitar lugar de circulación.

Si buscás un cambio rotundo sin gastar mucho, probá con la pintura. Un toque de color en una pared, en las macetas o en el marco de la puerta puede darle identidad propia al balcón. Jugá y combinalos. Los tonos vibrantes agrandan visualmente y los neutros generan calma.

Traé alguna de las cortinas que tengas en casa y colgala en una de las aristas del balcón, como si fuese una ventana más.

El balcón es el lugar perfecto para poner en práctica ideas que en otra parte de la casa no funcionarían. Ahora, lo que se convirtió en tendencia es colgar... tazas. En vez de comprar mil macetas, agarrá esas viejas tazas que ya no usás, colgalas en una de las paredes y usalas para las plantitas. Un pequeño detalle artesanal que personalizará el espacio.

Si tu balcón cuenta con un techo o una pared firme donde sujetarla, una hamaca colgante puede convertirse en la estrella del espacio. Ocupa poco lugar, es fácil de guardar y transmite instantáneamente un aire relajado y bohemio.