Flores de invierno: la especie que resiste las bajas temperaturas y llena tu balcón de color y aroma

Aunque tolera bien el frío –puede sobrevivir a heladas leves de hasta -3° o -5°–, el alelí necesita buena exposición solar para florecer con plenitud. Si lo colocás en un rincón que reciba sol directo varias horas al día, la planta se va a desarrollar con fuerza. El riego también es clave: conviene evitar el exceso de agua, ya que sus raíces son sensibles a la humedad constante. Lo ideal es dejar secar un poco la tierra entre riego y riego.

Si vivís en una zona donde las temperaturas pueden descender por debajo de los -5°, lo mejor es proteger la planta por las noches, sobre todo si es joven. Podés cubrirla con una manta térmica o una tela antihelada, o simplemente moverla a un rincón reparado si la tenés en maceta.

El alelí no solo se luce en el jardín o en el balcón. También podés incorporarlo al interior de tu casa con pequeños gestos decorativos que llenan de vida cualquier ambiente.

Como centro de mesa: Un solo florero de vidrio con alelíes o anémonas puede transformar por completo una mesa, una biblioteca o un estante. Menos es más, sobre todo si se trata de flores con tanto carácter.

Detalles: Reutilizá objetos cotidianos con valor sentimental. Colocá en una taza antigua, una botella vintage o una jarra de cerámica. Lo cotidiano se vuelve escena y cada rincón cuenta una historia.

Armá tu rincón favorito: Sumá distintas flores, una vela, una pila de libros o una foto enmarcada y armá tu propio altar de temporada. Un espacio que no solo decora, sino que también transmite calma, calidez y belleza.

Si bien el alelí es la estrella de la temporada, no es la única flor que resiste el frío. Los crisantemos, los narcisos, los astromelias y las anémonas también son excelentes opciones para sumar variedad, textura y color. Son flores resistentes, fáciles de cuidar y perfectas para combinar entre sí. Jugá con alturas, contrastes y recipientes distintos para armar composiciones únicas.