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Lali, su nuevo disco, los shows de Velez y la segunda temporada de El fin del amor: "Me siento un minón"

En una charla exclusiva con Lali hablamos de la segunda temporada de El fin del amor, de su nuevo disco No vayas a atender cuando el demonio llama y de su nueva etapa junto a Pedro Rosemblat.


Lali vestida con un look pop de brillos rosa y botas bucaneras

Lali está más fuerte que nunca en un año lleno de proyectos. - Créditos: Santiago Albanell



Hace unos días estrenó la segunda temporada de El fin del amor por Prime Video, acaba de lanzar su disco No vayas a atender cuando el demonio llama, la esperan dos estadios Velez a fin de este mes y uno más el 6 de septiembre. ¿Qué cómo está Lali? Lali está más fuerte que nunca, en todos los sentidos. Después de un año de replegar sus alas para observarse, para reconocerse en nuevos roles donde la ubicaron y donde se ubicó, para enamorarse feliz y tranquila, para abrazarse y gestar su disco…después de un año, desplegó su arte y prepárense para sentirlo. Ella dice que creció muchísimo en el último tiempo y que se siente un minón, charlamos para entender cómo vivió este tiempo de rearme, sus aprendizajes sobre el amor, los vínculos y lo que realmente importa.

El fin del amor nos mete de cabeza en el universo de los vínculos, los nuevos vínculos, ¿qué te resuena de lo que pone Tamara Tenembaum sobre la mesa?
Desde que apareció el proyecto hace como cuatro años siempre entendí y compartí muchas de las búsquedas del personaje con respecto al amor, a los vínculos, todo lo que la serie plantea, la familia, la identidad. Me siento bastante alineada con algunos pensamientos y formas de ver la vida que tiene Tamara y por eso me interesó tanto este proyecto.

También están como en la misma etapa de la vida. Se filmó en paralelo a tu era Disciplina, una etapa de libertad, de soltería… ¿Qué aprendizajes recordás de esa etapa de búsqueda y de descubrimientos?
Sí. Cuando era más chica siempre estuve de novia y me acuerdo que una vez un amigo me dijo: “porque vos sos re noviera” y de pronto hubo algo en esa definición que me dejó pensando. Creo que no soy noviera, siempre estuve de novia, pero en el fondo estar siempre con alguien puede esconder un miedo a una experimentación, a salir al mundo de otra manera, a bancarte sola, a conocerte más sin un otro que te esté validando o no validando. Después, mientras estuve soltera conocí gente que hoy sigue siendo un amor de mi vida y aunque no estemos vincularmente, van a ser una historia de amor para siempre. No todo es tan binario, no es “estar soltero” o “estar de novio”. Quizá ese es mi aprendizaje de esta etapa.  La soltería a veces está relacionada con lo incontrolable y yo re controlé con quién viví mi soltería. Tuve vínculos con diferentes tipos de acuerdos, por llamarlo de alguna manera, me quedé íntima amiga de mucha gente con la que también compartí intimidad. La soltería se vive; no es una cosa inconsciente y como dice Tamara en la serie, la soltería no es el tiempo de espera hasta encontrar a alguien. La soltería es un estadio en sí mismo, es una vida que está sucediendo mientras y no hasta que conozca a alguien. Si estás soltera estás sin un vínculo de pareja, pero estás con vos, y estás con toda esta gente con la que querés acostarte o vivir un amor. Quizá no llegue a nada en términos hegemónicos del amor, pero llega a ser una compañía que tuviste un rato y que te hizo bien, mal, que te atravesó. Me parece lindo pensar todos los estadíos como vivencias potentes.

Decís que no es un ciclo que se cierra cuando aparece el amor de pareja…
Creo que nunca se cierran los ciclos. Yo me siento en aprendizaje todo el tiempo. Creo que la sensación de cerrar un ciclo es simplemente crecer, pero no porque te arrepientas de esa búsqueda en la que estabas o de eso que capaz ya no te pinta tanto. Yo no sería la de hoy si no hubiera pasado por las historias que pasé que me llevaron a escribir esas canciones o no sería la de hoy si no hubiera hecho esa primera temporada de El fin del amor. El personaje me aportó a mi y yo le aporté al personaje. Tamara en la primera temporada dejaba a su pareja, a Fede, para ir a explorar: "A ver qué me pasa si salgo al mercado, al mundo del amor." Y yo estaba en un momento parecido. Siempre había estado mucho en pareja y ya no. Entonces, cuando me llega la propuesta de hacer la ficción de este libro de Tamara, lo leí y dije: "claro, re tengo que hacer esta historia." Es una etapa que aunque no creo que se haya cerrado, recuerdo con mucho amor, siento que era muy coherente mi búsqueda personal con mis decisiones artísticas y que había una simbiosis que estaba buena.

Viste que Tamara es como que te va tirando factos de repente, como que le caen fichas, ¿te cayó alguna ficha a vos esta segunda temporada?
Sí, quizás no tan relacionado a lo vincular amoroso, pero sí a lo vincular familiar. En la segunda temporada, me sentí muy cerca de lo que le pasaba identitariamente al personaje. La búsqueda de la identidad y la aceptación de su historia me hizo un poco repasar la mía. Yo tuve una vida muy rápida. Trabajé de muy chiquita y eso me hizo ir medio a mil y a veces pasar décadas a todo lo que da. A los treinti de pronto frenás y volvés para atrás y revisas tu familia, revisas tu historia. No quiero generalizar, pero por mis amigos, por mí misma y por este personaje también entiendo que es una edad muy clave de repensar quién sos. ¿Quién soy después de lo vivido, después de lo aprendido? En ese sentido me siento muy identificada con el personaje.

Lali Espósito en una producción a puro brillo para la portada de Ohlala!

Lali asegura que El fin del amor le hizo repasar su propia historia  - Créditos: Santiago Albanell

El año pasado un poco te replegaste…
Absolutamente. Eso pasó.

Y entraste en una más introspectiva, de búsqueda, de silencio, de ver quién eras y qué tenías para decir...
Re, fue esto que hablamos recién. Sentía que venía de un ritmo muy hermoso, pero muy al palo también. Fui sacando un disco cada dos años. Y la verdad que esos son ritmos que, si estás activo y te encanta tu trabajo, que tengo esa suerte, están buenos, pero a veces para encarar una nueva pieza, te tenés que preguntar qué data es la que hay, porque si no queda una obra vacía y no está bueno. Además, me pasaron un par de cosas del orden público que también me invitaron a guardarme un ratito. No como algo negativo, sino como esa necesidad de ir hacia adentro, estar más en mi casa, conectar con esa casa que abandoné mucho tiempo por estar viajando, pude enamorarme en paz, vivir eso, disfrutar de mis amigos. Mi mejor amiga fue madre, mis sobrinos crecen…Pude decir: “voy a hacer el disco que deseo con los tiempos que deseo”. Y eso para mí fue de un mega aprendizaje. Y viendo el resultado final, tanto del disco como de la serie, reafirmó lo bien que salen las cosas cuando uno se toma el tiempo de cuidarse para poder entregarle a los demás algo sincero, algo que llevó tiempo de pensar, de hacer, de probar, de cambiar. Siento que es el mejor disco que puedo entregar en este momento y que El fin del amor es, actoralmente, la pieza más pura que puedo entregar. Entonces, siento que ese tiempo de replegarme, como decías, fue súper necesario.

¿Sirvió también para entender qué podías responder desde tu arte frente a esta exposición tan masiva y tan descontrolada?
Sí, vos sabes que para mí fue muy piola lo que pasó, aunque no parezca, fue piola en el aspecto más privado, porque trabajé mucho en terapia, en mi propia intimidad, escribiendo el álbum. Gracias a todo eso que se descontroló y todo lo que se dijo de mí, o gracias a ese lugar en el que se me puso públicamente, pude encontrar mi yo personal y darle una entidad mayor a la de mi yo virtual. Yo no estaba acostumbrada a una mirada negativa tan masiva porque normalmente más o menos me tenías de algún laburo que hice de chiquita y era una persona querida del medio, en general. Pero tuve la necesidad de alzar la voz en algunas cuestiones que me parecían importantes y que me definen, me posicioné frente a la ley del aborto, me convertí en representante desde el arte de la comunidad LGBT y bueno, a algunos no les gustó. Todo lo que vino después me ayudó a reafirmar esa persona que soy, cuáles son mis convicciones. En vez de amedrentarme, que es lo que a veces pasa con ese nivel de exposición pública, a mí me ayudó un montón. Creo que para quienes quisieron dañarme, generó un efecto contrario, porque yo me siento mucho más fuerte, me siento un minón. Mucho más preparada en un montón de aspectos después de esa vivencia. Y de hecho, mientras tanto, porque no es que esto terminó. Yo no le falto el respeto a nadie, ni digo que lo que el otro piensa está mal, sino que doy mi mirada y eso es algo que voy a seguir haciendo. Por mí, por mi felicidad y por la felicidad de aquellos que se sientan representados.

Lali con un tapado xxl plateado y corpiño tipo Madona

Lali, súper empoderada, tras un año de "replegarse" para pensarse mejor y volver con todo. - Créditos: Santiago Albanell

¿Cuál es hoy tu mensaje más contundente hoy?
Hay algo en la decisión del título de este álbum: "No vayas a atender cuando el demonio llama”, que puede tomarse de dos maneras, como una advertencia, como “che, guarda con llamar al diablo”, a lo que cada uno considere el diablo o lo negativo o lo malo. Y la otra es más irónica como: “no vayas a atender, y si atendés hay algo tuyo que vas a sacar para afuera” para enfrentar a ese diablo, a esa invitación negativa, a cierta lucha. Para mí tiene las dos caras la frase y creo que ese es mi aprendizaje más interesante. A veces, eso que parece malo en muchos casos es algo piola para vos, para tu crecimiento personal y artístico, para la reafirmación de quién sos o de quién querés ser, de lo qué te interesa decir. Yo aprendí un montón.

Volviendo al amor, ¿qué cosas tenías mal aprendidas sobre el amor y en los últimos años sanaste o reaprendiste?
Aprendí a entender que el amor es vos con el otro, es el otro con vos, no es una simbiosis obligatoria. Es hermoso tener un compañero o una compañera y vivir un vínculo de pareja, pero aprendí a que igualmente, aunque esté en un vínculo de pareja, tengo cosas que son muy mías, ideas que son mías y que no siempre hay que compartirlas. A veces el deseo propio tiene que ver con tu vínculo pero a veces no. Esto en algunas parejas de un vínculo cerrado típico, se puede leer como un engaño con la mente. Pero no, o sea, tengo mi mundo y elijo compartir la vida con vos porque me encanta estar con vos, pero tengo mi propio mundo y aprender a discernir. Obviamente vas a querer a mis amigos, yo voy a querer a los tuyos, compartimos la vida, pero yo tengo mi individualidad, tengo mis cosas que no te cuento, que son mis pensamientos, que son mis inseguridades personales, que tampoco tengo que transmitírtelas a vos ni vos a mí.
Dijiste que este disco tiene toda tu forma de ver la vida, de pensar el hoy, ¿cómo definirías esa forma de ver la vida a lo Lali?
Creo que en este disco fui muy consciente de cada palabra que escribía en las canciones. Fue un trabajo muy meticuloso, de verdad, muy exigente. Las letras son muy importantes, lo que se dice y lo que se está diciendo por abajo, hay mucho metamensaje, secretito, cosita y cosas también dejadas a que cada uno las interprete como quiera. Lo hice con un equipo increíble, gente que me ayudó a escribir, Tincho Galán, BB Asul, fueron como mis estandartes en el macro de las letras en este disco. Julieta Venegas también me acompañó para escribir una canción que se llama No hay héroes. Por suerte en este disco me acompañaron un montón de artistas increíbles para que tenga todo el potencial, toda la fuerza.
 

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Te quería preguntar por dos temas, uno es 33 el que cantás con Dillom, ¿se refiere a la edad que tenés?
Sí, porque la escribí con 33 y habla de crecer y de que ya me caí algunas veces, ya me levanté de esas caídas. No es que soy alguien muy mayor, pero esta es una edad donde a lo mejor ya perdiste a un amigo, esas cosas medio antinaturales que pueden pasar. También aparece el amor con otras aristas y siento que esto no se habla tanto. Por eso me pareció tan interesante hacer El fin del amor. Y este disco está hecho en esta edad también. Entonces, el título tiene que ver con mi edad, pero la narrativa de la canción tiene que ver con crecer.
Hay otro tema que se llama Pendeja…¿te sentís chica a la vez?
Absolutamente, es que es la contradicción. He crecido, pero sigo siendo pendeja. En el tema metí un audio de WhatsApp de mi mamá que me dice, "Ay, Lali, ya estás grande”. Es una edad también así, ¿no? Está la contradicción de la joda, tus amigos, seguir viviendo a veces de una manera medio voraz. En el caso de nosotras se te juega un poco la maternidad y sentís que todavía no estás preparada, pero ya tenés 30 y si tu vieja te tuvo a los 22. Es una edad donde te haces todas esas preguntas y tenés destellos de ser una boluda y una infantil, una edad donde queda muy marcado dónde todavía estás medio floja y donde estás más plantada.

 

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La traías a tu mamá, ¿cómo te construyeron a vos las mujeres de tu familia? ¿Qué significaron ellas en este crecimiento tuyo?
Mi madre Majo y mi hermana mayor Anita, me han dado todos los entendimientos, los valores, todas aquellas cosas mías que me hacen feliz tienen que ver con ellas. Esto de ser una persona lo más íntegra posible y decir las cosas que siento con respeto y con amor es claramente una bajada de mi mamá. Siempre me insistió con eso y en que no me amedrente ante ciertas cosas. Mi hermana es una capa total. La gente que mira su stream lo puede ver. Somos tres locas, el humor nos ha salvado la vida y las papas en muchas situaciones. Tenemos una capacidad de trabajo muy marcada, nadie nos regaló nada, somos tipas como muy para adelante y yo claramente eso lo mamé de ellas desde muy niña.
Y los varones de tu familia, ¿desde dónde construís vos la figura masculina?
La figura masculina es algo que se trabaja porque cuando somos niñas existe ese vínculo con papá muy Edipo. A mi madre la vi, o sea, entendí quién era ese mujerón a mis 14 años recién. Hasta ese momento yo era full mi viejo, papá, papá, papá, los consejos de papá, lo que diga papá, muy en ese vínculo. Y en un momento crecés y empezás a pensar en otras aristas del ser mujer, empecé a mirar para el costado y a ver a mi madre. Fui equiparando un poco ese vínculo con ambos. Pero sí, las mujeres de mi familia son muy fuertes, esto no significa que los hombres no lo sean, pero nosotras somos demasiado intensas. Y los hombres son los más también, pero bueno, pobrecitos.
Decías que tanto vos como tu vieja y tu mamá, son muy para ir para adelante, como de muy estar arriba y todo. ¿Cómo habitas el bajón?
Lo trato en terapia, no soy buena, no me sale bien, me cuesta todavía. De hecho, antes hablábamos de la canción Pendeja, y es un poco esto, tengo ese rasgo infantil de evitar el bajón. Y el bajón tiene una razón, aparece ahí en tu vida para enseñarte algo. Tardé mucho tiempo en aceptar que no es que yo simplemente soy energética y soy para adelante, sino que a veces evito ese lugar. Hace un tiempo entendí que eso es algo que me pasa entonces, en ese espacio de terapia o en espacios de ocio con amigos, hablo de cómo me siento con algo que me pone mal, aprendí a poder decirlo. Yo hasta mis 25 te diría, era un poco alegre de más. Como de decir: “No, pero de esto sacamos algo bueno, dale”. A veces ocultaba un “no me quiero hacer cargo de este dolor o de esto que no está bueno”. Y en un momento la vida te dice: "Mamina, vamos a llorar esto". Dale. Y bueno, empecé a entrar en esos lugares por suerte que son lugares de mucho crecimiento.

 

¿Qué trajo Pedro a tu vida?
Pedro vino a traer una nueva forma de amor. Sería muy tonto de mi parte no entregarme a este amor que se me está proponiendo, que la vida me está trayendo. Así que fue como muy natural la manera en la que empezamos a estar juntos y desde la primera cita no nos separamos. Y eso habla de algo que a veces pasa y a veces no. Y puede no pasarte nunca pero si te pasa, espectacular.
¿Ya viven juntos?
Sí, re, convivimos. Tres gatos. Esa situación.
Re family.
Sí, family mal. Gatuna igual. Porque ya viste que siempre aparece el comentario de algún tío, de algún amigo: ¿y ustedes para cuándo? Mi amiga Candela Vetrano que acaba de ser madre me la tira todo el tiempo.
En el en el último tiempo hablaste de la importancia que le das al conectar con las personas, de tener los pies en el mundo real, ¿Cómo haces para mantenerte permeable a la vida?
No sé exactamente a qué se debe pero sí te puedo decir que soy una persona conectada con la vida porque no consigo estar en otro lado que no sea en la vida. Parece una tontería lo que estoy diciendo, pero tiene que ver con un entendimiento del aquí ahora. Realmente me levanto a la mañana y estoy acá y hablo con mi vieja por teléfono o estoy en una cena con amigos y es raro que me vuele, estoy ahí disfrutando de esa cena. No significa que no tengo la cabeza en otras cosas un montón de veces, o que esté preocupada por otros temas. Pero hago el ejercicio consciente de vivir mi vida aquí hoy y no es algo que me cueste tanto. Siento que siempre estoy orbitando el ahora. Es raro que me vaya.

 

Lali vestida a lo diva de Hollywood para la producción de fotos de ohlala

Lali nos contó del nuevo amor que llegó a su vida junto a Pedro Rosemblat. - Créditos: Santiago Albanell

En los conciertos esto del contacto con el aquí y ahora se vive mucho, ¿no?
Los conciertos tienen algo muy indescriptible de poder estar en la fantasía y poder estar en la realidad. Cuando estás haciendo un concierto ves las caras de esas personas, las ves, de verdad existen, te vinieron a ver, ves su emoción, su pasión, ellos ven la tuya. Un concierto es una experiencia muy tangible, muy real y muy aquí ahora, como hablábamos recién, y a la vez estás conectado con una cosa muy rara que a veces no sabes ni qué es, el éter, no sé, una fuerza que habla a través tuyo, como una energía que nos transforma. La música tiene esa particularidad que quizá otras profesiones no tienen, de meterte en el túnel del tiempo y de no saber ni qué hora es, ni qué está pasando, ni cuánto tiempo pasó. De pronto termina el show y decís, "Wow, ¿dónde estuve estas 2 horas?". Estuve volando y a la vez acá, y disfruto mucho de esa maravilla que propone este trabajo.
¿Y en qué otros momentos sentís ese flow, esa conexión con lo que estás haciendo?
En el ocio, en estar en mi casa. Soy bastante anfitriona, me encanta recibir gente en mi casa, armar los banquetes. Me gusta que mi casa sea centro de discusiones, de quilombo, de filosofar, de refugio. Y en esos momentos también estoy muy en presente y también en el vuelo de estar con gente que te hace pensar, que te ayuda, que te da cariño. El tiempo de disfrute con un otro me nutre un montón.
¿Cómo vivís tu sexualidad hoy?
Creo que tanto en la serie como en mi propia búsqueda personal a veces esto de sentir y vivir la sexualidad está relacionado con estar o no en pareja. Pareciera que estando en pareja hay algo que coartás. Pero si estás en pareja, también podés vivir mil formas y mil búsquedas de tu propia sexualidad y no tener la vergüenza de expresarle a esa persona que es de tu súper confianza, qué estás flasheando, qué estás pensando. Yo hago mucho el ejercicio de ser sincera primero conmigo, con mis deseos y de transmitirle eso, en este caso, a mi pareja. Cuando no tenía una pareja estable, siempre disfrutaba y buscaba que todo eso que sentía fuese lo que quería. Pero esto es una búsqueda que tiene un montón de recovecos, porque a veces me he encontrado en camas y en situaciones en las que dije: “¿por qué hice esto?”. No es que lo de ser sincera con tu deseo y tu sentir es clarísimo siempre, es una búsqueda. Y así como el personaje de Tamara en El fin del amor me pasó muchas veces decir: "Uy, tiré cualquier cosa, o sea, yo no deseaba esto, ¿cómo terminé así?".
¿Qué deseas hoy en tu vida?
Los deseos que tengo tienen mucho que ver con el hoy. No es que no sea una persona que planifica o que desea a gran escala. Pero mis deseos hoy son más del aquí y ahora. Que esta nota salga bien, que salga linda, que después en la reunión que tengo todo el mundo pueda hacer bien su laburo. Son deseos pequeños. Mi mayor deseo ahora es que este disco llegue a los oídos de la mayor cantidad de gente posible, no por la cantidad, sino por el hecho de llegar a la gente. Me interesa eso. Me interesa que en los Velez todo salga espectacular y la gente sienta que vivió algo imborrable, que sea un recuerdo para siempre, que la gente flashee con la serie. Creo que pensar así es parte de ser muy educada con lo logrado. No necesito ir a buscar nada que no haya logrado porque lo que me está pasando es muy zarpado.
Vivir en el agradecimiento más que en el pedir.
Claro. O sea, estoy muy agradecida al tiempo invertido en El fin del amor, a toda la gente que hizo esta serie, estoy muy agradecida a la gente que me ayudó a hacer este disco. Entonces, esto está pasando ahora. Mis deseos son que lo que está pasando ahora esté re bueno. Después veré qué otro deseo se me ocurre y lo viviré en presente o así lo espero.

Frase de Lali Espósito sobre vivir el presente

Lali y su intención de vivir en el presente.

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Agustina Vissani

Agustina Vissani Secretaria de Redacción de @somosohlala, content manager de SOMOSOHLALA.COM y co-conductora del podcast Neurohacks. Especialista en moda y análisis de tendencias.


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