Terminó The Last of Us: así fue filmar una de las escenas más difíciles de la temporada

Estamos frente al cierre de la segunda temporada, pero tengo que preguntarte cuándo sabías de The Last of Us antes de sumarte al proyecto. ¿Jugaste el juego? ¿Conocías lo enorme que es su base de fanáticos?

Ariela Barer: Sí, sabía lo enorme que era. Había visto la primera temporada y jugué un poco del primer juego, pero no estaba familiarizada con el segundo. Cuando hice la audición, una amiga que es súper fan me ayudó. Me explicó un poco el contexto —muy por encima, en realidad—, pero al menos me dio una idea general de las escenas. Una vez que obtuve el papel, empecé a investigar más sobre el segundo juego y entendí cuán violento y desgarrador es. Me impactó mucho, hasta el punto de sentirme mal. Es un viaje muy oscuro, como se ve en esta temporada. Pero también me pareció muy interesante como actriz, porque nunca había hecho algo así. Fue un verdadero desafío.

¿Qué fue lo que más te sorprendió de la historia, ya sea del juego o del guion cuando lo leíste? ¿Qué te hizo pensar “wow”?

Ariela Barer: A pesar de que es un juego bastante oscuro, creo que las relaciones centrales son realmente hermosas. Ellie y Joel, y también Ellie y Dina. Al leer los guiones de esta temporada —porque en la primera no los leí, solo vi la serie— me enamoré por completo de esas relaciones. Me encanta cuánto se quieren y cómo se cuidan. Me pareció muy conmovedor ver algo tan tierno en un mundo tan violento y caótico.

Como mencionas, esta segunda temporada tiene escenas muy duras, no tanto por los monstruos sino por la oscuridad humana. ¿Cómo fue tu experiencia durante el rodaje, especialmente al ser parte de algunas de las escenas más intensas?

Ariela Barer: Nunca había vivido algo así. Es, sin duda, el material más oscuro que he grabado en mi vida, y al mismo tiempo, fue uno de los sets más divertidos y alegres en los que he estado. Eso fue algo nuevo para mí. Empezamos rodando el episodio dos, y creo que Pedro [Pascal] y Kaitlyn [Dever] marcaron mucho el tono. Estaban completamente presentes y serios durante las escenas, pero en cuanto decían “corte”, se reían y se lo pasaban genial. Nunca había trabajado de esa manera, y me encantó, porque cuando estás mucho tiempo en algo tan intenso, puede afectarte mental y emocionalmente. Tu cuerpo empieza a reaccionar como si vivieras un trauma real, lo cual suena exagerado, pero es real. Entonces, poder entrar y salir de esos estados emocionales te ayuda a sentirte seguro en el set y te permite llegar más profundamente a donde necesitas como intérprete.

Tu personaje forma parte del grupo que acompaña a Abby, y ella es vista por muchos como la "villana" de esta temporada. ¿Qué crees que la gente debería entender sobre Abby y su punto de vista? ¿Crees que tu personaje la apoya?

Ariela Barer: No, creo que Mel no la apoya. Y lo importante que hay que entender es que este mundo tiene reglas de justicia muy diferentes a las nuestras. En nuestra realidad, nadie haría lo que hace Abby, o si lo hicieran, serían considerados psicópatas. Pero en este universo, donde la violencia es parte del día a día, ella actúa según las reglas que ha aprendido. Aunque lo que hace sigue siendo brutal e incluso injustificable, para ella es una respuesta a lo que Joel hizo: matar a muchas personas, incluyendo a su padre. En ese contexto, alguien tenía que encargarse de él, y decidió que sería ella.

Tu personaje está en el centro de una de las escenas más desgarradoras de la temporada final. Quisiera saber cómo viviste vos esa escena, considerando que el rodaje fue una experiencia tan positiva, pero esa escena en particular es devastadora.

Ariela Barer: Esa escena fue muy dura. Tuvimos que grabarla varias veces, y eso fue lo más difícil, tener que volver a ese lugar emocional una y otra vez. Pero, como dije antes, el set era un espacio muy seguro. Trabajar con Bella fue realmente especial. Es una persona y una actriz muy generosa, y pudimos apoyarnos mutuamente. No hay mucho que decir más allá de que fue una experiencia difícil y profundamente emotiva. Durante esas tomas, especialmente las del momento de la muerte, no hubo risas ni bromas entre toma y toma. Fue un ambiente mucho más silencioso y contenido.

Y agradezco que la versión final que se ve en pantalla se haya hecho con solo tres tomas. Fue como una hora metidas en eso, sin salir, y luego, listo. Fue curioso porque ni siquiera nos habían dicho que íbamos a grabar esa escena ese día. Simplemente, nos llamaron a Bella y a mí, y de pronto ya estábamos allí, rodando. Después filmamos otras cosas y creo que Gabe estaba viendo desde el monitor y luego se acercó para darnos unas palabras muy amables. Fue un momento muy bonito. Recuerdo también que Ksenia, la directora de fotografía, que es una genia y además increíblemente cool, me mostró en el monitor cómo había quedado, y me dijo: “Esto se ve increíble”. Fue un día muy especial.