Belu Melamed: su historia, por qué cerró su pastelería y cómo volvió a enseñar

— ¿Qué te gusta de esta época y de las recetas navideñas?  

 

— Lo que más me gusta siempre fue el tema de la previa. Los primeros días de diciembre, armar el arbolito, decorar la casa, pensar en los regalos, los preparativos para esa noche, qué cocinar, todas esas cosas. Cuando estaba mi abuela, lo más tradicional eran sus huevitos rellenos y el vitel toné, que, si bien yo no como carne, me gustaba mucho la salsita y ella me retaba cuando mojaba el pancito. Hoy mi abuela ya no está y yo empecé más de grande a hacer cosas, como mi pan dulce. Y, obviamente, de todo lo que sea mesa dulce me encargo yo. 

—Abriste una pastelería que fue un éxito rotundo, pero al tiempo te diste cuenta de que querías otra cosa, ¿cómo fue esa decisión? 

—Es mucho más difícil tomar la decisión de cerrar cuando te va bien, pero lo que más me gusta a mí es enseñar, por eso decidí cerrar el negocio a pesar de que nos iba muy bien. Realmente no era el estilo de vida que yo quería, más libre, como fui siempre desde el momento en que empecé a emprender. Me sentí muy limitada en cuanto a la creatividad o proponer sabores diferentes porque, obviamente, al ser un negocio, no puedo volar tanto como cuando lo hago para una clase o alguna foto. Si bien cambiábamos la carta cada 3 meses, igual sentía que me cortaba un poco las alas. En todo sentido, en poder viajar a dar clases afuera, eventos y mismo dar clases acá en Buenos Aires, lo había frenado porque no tenía tiempo. Si bien ya había delegado la mayoría de las tareas, de todas formas siempre pasan cosas y tenés que estar, sobre todo teniendo mi nombre en la puerta. Eso ya me generaba mucha presión y yo soy bastante obsesiva, detallista, me cuesta que las cosas no sean a mi manera. Fue un montón. Así que tomé la decisión y se lo comuniqué a mi hermana, que estaba conmigo. Fue una experiencia re linda. Aprendí un montón. Pero hoy no lo elijo como estilo de vida.  

—¿Qué aprendiste de esa etapa? 

—Aprendí un montón. A armar equipo, a planificar, a calcular, a trabajar en producción, a manejar mucho mejor los tiempos. A compartir, porque siempre estuve acostumbrada a trabajar sola, a hacer todo. Aprendí a delegar. Llegó un momento en el que tuve que viajar por algún evento o algo y tuve que dejar el negocio acá funcionando, y una de las cosas que más me costaba era esa, delegar. Así que creo que eso fue lo que más aprendí.  

—¿Y ahora retomaste las clases al 100%?, ¿qué es lo que más te gusta? 

—Sí, después de cerrar la pastelería, retomé 100% las clases. Lo que más me gusta es enseñar, transmitir lo que sé, que la gente pueda después hacer algo parecido. Y el compartir es una de las cosas que más me gustan. La modalidad es por clase y por tema, duran entre 4 y 5 horas y tengo fijos los lunes y los sábados con clases diferentes. Obviamente, a veces se repiten las temáticas porque tengo un cupo limitado de 8 personas y se llenan. Generalmente son todas prácticas, en las que la gente hace, y hay dos nada más que son demostrativas, que son las que requieren más técnica. Por ahora, estoy dando la de Navidad, que es ideal para esta época, una de tortas que son para celebraciones, para que todo el mundo pueda tener una torta linda y rica en un evento y que no tenga que estar gastando un montón de plata para comprarla. A todas las anuncio en Instagram. 

Para más info de sus cursos y talleres: @belumelamed.